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Un centenar de voluntarios participan en las excavaciones de ´El Castillón´

Cerca de un centenar de voluntarios de universidades de diez países han participado en los cuatro primeros años de excavaciones del castro tardoantiguo de Santa Eulalia de Tábara, incluyendo más de 70 investigadores de una veintena de universidades de España. Los trabajos se enmarcan en el Proyecto de Investigación y Difusión sobre el Patrimonio Arqueológico Protohistórico de la Provincia de Zamora, que durante ese período también ha realizado otras excavaciones como la de Peñas de la Cerca, en la localidad de Rionegrito de Sanabria.

Los responsables de las excavaciones realizadas en el castro tardoantiguo conocido como ´El Castillón´, que comenzaron en el verano de 2007, presentaron hoy los resultados que arroja el cuarto verano consecutivo de trabajos realizados en el área de cuatro hectáreas localizada en el término municipal de Santa Eulalia de Tábara, junto a la ribera del río Esla, donde todavía se perfila la defensa perimetral completada por el propio farallón rocoso que da al cauce fluvial. «Nos hemos centrado en esta campaña en la zona metalúrgica y la de viviendas, excavando un segundo horno dedicado a la reducción de metal de hierro y recuperando 26 kilos de escoria de hierro», explicó José Carlos Sastre, arqueólogo de la Universidad de Granada y director de las excavaciones junto con Óscar Rodríguez, de la Universidad Autónoma de Madrid, durante la presentación realizada en la sede de Caja Rural de Zamora, principal entidad patrocinadora de los trabajos. «Hemos venido excavando la zona de viviendas de forma continuada en los últimos cuatro años y tres habitaciones al completo, una de ellas, relacionada con un almacén», añadió.

En este contexto, Sastre indicó que la tercera estancia, la más grande de las tres excavadas, «posee un suelo cubierto de lajas de pizarra y una estructura circular donde se situaría un ´dolium´ o tinaja para almacenar productos» y destacó que las dimensiones de la vivienda «desbordaron todas las previsiones hechas cuando empezamos en 2007», apuntando que «todavía quedan por excavar un mínimo de tres habitaciones más».

Durante los cuatro veranos en los que se ha trabajado en el castro, han colaborado con el proyecto 91 voluntarios procedentes de las universidades de Salamanca, Granada, Madrid (Autónoma y Complutense), León, Santiago de Compostela (La Coruña), Valladolid, País Vasco, Extremadura, Castilla-La Mancha, Alicante, Valencia, Barcelona (Autónoma), Gerona, Jaén, Málaga, Vigo (Pontevedra), Navarra, La Laguna (Tenerife), así como de la Escola de Bens y Restauració de Galicia. Además, participaron 24 voluntarios de la University of Bristol y University of London (Reino Unido), Nacional University of Galway (Irlanda), University of Warsaw y University of Gdansk (Polonia), University of trina (Eslovaquia), University of Vilnus (Lituania), University of Alberta (Canadá), University of Melbourne (Australia), University of San Diego, Ithaca College y Welleslley College (Estados Unidos) y Universidade de Coimbra e Instituto Politécnico de Béja (Portugal). «Los voluntarios conocieron durante estos años una importante parte del patrimonio arqueológico y cultural de Zamora y de Castilla y León», indicó Sastre, haciendo referencia a los desplazamientos a lugares como los campamentos romanos de Petavonium, el Castillo de Castrotorafe, el monasterio cisterciense de Granja de Moreruela, los dólmenes de Granucillo y Morales de Rey, el castro de las Labradas de Arrabalde, el castro de As Muradillas en Lubián, Puebla de Sanabria, la Sierra de la Culebra y la capital zamorana, donde visitaron el Museo Provincial, el Castillo medieval y las iglesias románicas, así como las ciudades de León y Astorga y el término de Bragança (Portugal).

Osculatorio

El director de las excavaciones recalcó su agradecimiento a la Fundación Científica Caja Rural de Zamora, principal entidad patrocinadora del proyecto, así como a otras empresas y organismos «que han colaborado en la medida de sus posibilidades».

El próximo verano comenzará el quinto año consecutivo de trabajos, con la excavación de la totalidad de la muralla como primera intervención «para comprobar si se venía utilizando desde la Edad del Hierro», según comentó José Carlos Sastre.

Durante los cuatro veranos de excavaciones se han extraído varios miles de piezas, contando fragmentos, así como cuencos, copas, tinajas, pequeñas joyas y un osculatorio (pequeña varilla rematada por una anilla y por una figura con una función no determinada con claridad, aunque se piensa que podría haber sido utilizada para remover y aplicar perfumes) que pasarán tras su estudio y catalogación al Museo Provincial de Zamora.

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