Inicio / Historico

8.000 kilómetros llenos de vida y voltaje

La provincia de Zamora es recorrida por casi 8.000 kilómetros de tendidos eléctricos por los que transita corriente de muy alta, alta y media tensión. Esta malla aérea se soporta en más de 31.000 torretas, de muy diferente diseño, que aparecen diseminadas en largas hileras por toda la orografía. Pero estos viales eléctricos son mucho más que un sendero de kilovoltios, son la atalaya predilecta de miles de aves de muy diversa especie y plumaje que utilizan los apoyos o los propios tendidos como sitiales de nidificación y cría, como puestos de observación, como rampas de caza o puramente cómo áreas de concentración.
Rapaces y carroñeros pasan largas horas del día en las alturas de estos templetes al atisbo de cuantas presas se mueven alrededor, o expectantes de los peligros que las acechan; y, en puntos próximos a las naves agrícolas, millares de estorninos ocupan largos tramos de tendido, pegados unos a otros, buscando la oportunidad alimenticia que proporcionan las explotaciones ganaderas.
La visión de águilas, cernícalos, cigüeñas, halcones, cuervos, urracas avefrías, palomas y un extenso serial de pajarillos colocados en las cúspides de las torres, o sobre los mismos cables, es una estampa típicas del medio rural. Su aparición sirve, además, como muestrario de las especies que habitan y dan vida al territorio que avizoran.
No importa a las aves que la red eléctrica esté cargada de tensión, pues sacan beneficio como nadie a las torretas que salpican el paisaje con sus diferentes dimensiones y estructuras. Este mundo artificial lo utilizan las aves para sobrevivir y, por decirlo con frase del responsable de Endesa, Ángel Arias, «también para crear problemas».
Las eléctricas reparan muy especialmente en las cigüeñas, que tienen colonizados y más que disputados los apoyos, con nidos que llegan a pesar varios cientos de kilos. Zonas como Montamarta, con una manga del embalse de Ricobayo prolífica en alimento ligado al agua, y la cuenca benaventana del Esla y del bajo Tera, son una explosión de nidos de las zancudas, que llegan hasta triplicar se en una misma torreta.
Ciertos enclaves eléctricos han pasado a tener una querencia similar o superior a las espadañas de las iglesias. Sucede, además, que los propios nidos de las cigüeñas son el hábitat predilecto de otros pájaros, como los gorriones, que no dudan en anidar en las marañas de los grandes nidos donde aletean los cigoñinos.
Iberdrola, principal compañía eléctrica en la provincia, cuenta con un total de 675 kilómetros de líneas de muy alta tensión, alrededor de unos 2.340 kilómetros de media tensión, y otros 2.900 kilómetros de redes de baja tensión.
Red Eléctrica, transportadora de elevadas tensiones y dueña de mayúsculas torretas, suma al diseño de pistas provincial otros 665 kilómetros, de 220 kilovatios, y otros 478 kilómetros de 400 kilovatios.
Unión Fenosa, que alimenta el mercado de Sanabria-Carballeda y que cuenta con dos subestaciones de transformación, añade al mundo de autopistas eléctricas otros 23 kilómetros de tendidos, correspondientes a la línea de 45 kilovatios que une La Bañeza con Milla de Tera, y otros 27 kilómetros de la línea que enlaza Porto con Cobreros.
Endesa aporta al tejido eléctrico otros 20 kilómetros en la alta sierra sanabresa, del Moncalvo y Cabril.
Iberdrola cuenta con 799 apoyos de muy alta tensión (132 kilovoltios), correspondientes a las líneas de Cernadilla-Benavente, Ricobayo-Benavente y Benavente-San Millán. Más tiene salpicada la provincia de Zamora con otros 23.500 apoyos de media tensión (13 kilovoltios) y alta tensión (45 kilovoltios). Unión Fenosa añade por su parte otros 235 apoyos afincados en la línea de La Bañeza a Milla de Tera, y otros 221 instalados en la vía Porto-Cobreros. Endesa suma otras 50 torretas en la sierra sanabresa.
Aunque el mallado eléctrico es visible en toda la orografía, tiene especial presencia en las proximidades de centros de producción eléctrica, de ahí que la provincia de Zamora destaque en el conjunto nacional por la importancia de sus embalses hidroeléctricos y, en menor medida, por el incremento de la generación eólica, que también requiere de tendidos eléctricos y torretas para llegar de los puntos de generación a los de transformación y distribución.
Pero además de las cigüeñas, otras aves majestuosas que son la emoción de espacios protegidos como Arribes del Duero y Lagunas de Villafáfila, donde crían, cazan y vuelan águilas, alimoches, buitres, cernícalos y demás especies, impulsan a la mejora de los tendidos eléctricos.
La conciencia medioambiental y la defensa de la biodiversidad que preside el espíritu social también alienta en el sector eléctricos, y los departamentos de las distintas empresas buscan fórmulas que armonicen la existencia de este mallado con el desenvolvimiento del mundovifaunístico. De ahí la modificación o encubrimiento de crucetas, y el adornado de los tendidos con vistosas filigranas disuasorias, medidas concebidas para evitar el impacto letal de las aves contra el cableado, o las mortíferas descargas que esconden las cúspides de los apoyos.
Iberdrola califica de «éxito» el desarrollo de un proyecto piloto dirigido «al cambio de hábito en la nidificación de las cigüeñas, a las que ha tratado de asentar en plataformas alternativas». Para ello puso en marcha «nuevos diseños de cruceta, aumentó la distancia de aislamiento entre el poste y las líneas, instaló elementos antiposada y anticolisión». Fue un proyecto para la inhibición de la nidificación de la cigüeña blanca en torres eléctricas que, debido a la buena marcha poblacional del ave, no acaba de despejar los apoyos de la ocupación faunística.
Iberdrola explica que este proyecto se puso en marcha en el año 2000 por primera vez, «tras comprobar que las parejas de cigüeñas que crían un año en un determinado nido tratan de instalarse en ese mismo lugar o en otro de esas mismas características al año siguiente». A lo largo de estos años, Iberdrola ha trasladado nidos situados en los tendidos eléctricos a un gran número de plataformas alternativas, anillando además a las crías para comprobar si en los sucesivos años éstas volvían a dichas bases. En una primera fase, la compañía dice haber comprobado «que el 90% de las cigüeñas adultas se habían acondicionado sin problemas en estas casas alternativas». Además, constató que las crías también eligieron estas viviendas alternativas para instalarse. Iberdrola ha creado una base de datos donde se registran todos los nidos situados en las líneas eléctricas y que es actualizada tras cualquier incidencia.
Una segunda medida consistió «en aumentar la distancia de aislamiento entre el conductor y la cruceta del poste para evitar que grandes aves contacten con la línea en tensión». También optó «por forrar con material aislante tramos de cable en zonas de riesgo, sobre todo en los centros de transformación que están a la intemperie y en los apoyos más conflictivos». Califica de «muy importante la sustitución del aislamiento rígido en los postes eléctricos por el de suspensión. Según explica, debido a su diseño, «las aves tienen más dificultad para alcanzar la zona en tensión». Respecto a la colocación de elementos antiposada en las líneas eléctricas, han sido instalados en los postes situados en zonas de riesgo y dificultan a las aves la construcción de sus nidos. Los elementos anticolisión son objetos visibles que se colocan en los cables para evitar el impacto de las aves. Iberdrola da así una respuesta medioambiental y al desarrollo sostenible, al tiempo que mejora la calidad de suministro eléctrico, ya que, «al tiempo que proteger a la avifauna reduce el número de incidencias que provocan las cigüeñas».
Endesa, junto con la Fundación Migres, prepara en estos momentos un libro sobre aves y tendidos eléctricos, «que se halla todavía en la fase de recogida de datos», según informa el responsable de la empresa Alberto Juan Tamayo. Refiere, además, que Endesa, «desde primeros de los años noventa ha participado en diferentes proyectos de impacto de las líneas eléctricas sobre la avifauna», estudiando «la forma de que la avifauna no anide en apoyos, de evitar la electrocución aislando o alejando los puntos en tensión, o señalizando líneas para evitar colisiones». Tamayo señala que «la nidificación en apoyos es un alto riesgo, que se agrava en el caso de condiciones meteorológicas adversas». Actualmente desarrolla el proyecto «Torres de Luz», con la Universidad de Granada, para la ubicación en la campiña de Jaén, de nidos en apoyos eléctricos para el cernícalo primilla, cernícalo vulgar, lechuza y murciélago.
Con todo los desvelos, los latigazos eléctricos existen y son una de las causas de muerte de aves rapaces y no rapaces. Este problema llegó a ser alarmante antes de que las compañías adoptaran soluciones, con anterioridad la década de 1990, y aunque en mucha menor medida, los episodios de muerte siguen salpicando la actualidad y persiste la preocupación.
Tampoco faltan las colisiones de aves que surcan los cielos sin percatarse de estos viales llenos de voltaje, bien porque quedar camuflados entre la niebla o por pasar desapercibidos. Los transformadores, nudos de conexiones, aparecen como uno de los centros de alto riesgo. Los complementos, argollados y coloridos que ofrecen los tendidos evidencian que hay empeño en salvar a la avifauna.
Descargar