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El cambio climático de hace 6.000 años nos trajo el polvo del Sáhara

73073 Una investigación en la que participa la Universidad de Granada (UGR) ha revelado nuevos datos sobre el cambio climático que se produjo en la Península Ibérica hacia la mitad del Holoceno, hace 6.000 años aproximadamente, cuando comenzó a aumentar el aporte de polvo atmosférico proveniente del Sáhara, a partir del estudio de los sedimentos en una laguna alpina de Sierra Nevada. En este estudio participan investigadores de la Universidad de Murcia, así como del Instituto Andaluz de Ciencias de la Tierra, la Universidad de Glasgow y la Universidad de Arizona del Norte.

Este trabajo, publicado en la revista Chemical Geology, se basa en la sedimentación de polvo atmosférico proveniente del Sáhara, un fenómeno muy frecuente en el sur de la Península Ibérica fácilmente identificable en la actualidad cuando, por ejemplo, se encuentra una capa de polvo rojiza cubriendo los coches.

Los científicos han estudiado una laguna alpina de Sierra Nevada, situada a 3.020 metros de altura sobre el nivel del mar, llamada Laguna de Río Seco. Recogieron muestras de sedimento de 1,5 metros de profundidad, que representan aproximadamente los últimos 11.000 años (época que es conocida como Holoceno), y hallaron, entre otros indicadores paleoclimáticos, evidencias de polvo atmosférico proveniente del Sáhara.

Según explica uno de los autores de este trabajo, el investigador de la UGR Antonio García-Alix Daroca, «la sedimentación de este polvo atmosférico ha afectado a lo largo del Holoceno a los ciclos vitales en las lagunas de Sierra Nevada, debido a que éste incluye diversos nutrientes y/o minerales que son escasos a esas alturas y que ciertos organismos que habitan allí necesitan».

Este estudio también ha revelado la existencia de un periodo relativamente húmedo durante la primera parte del Holoceno (10.000-6.000 años aproximadamente). A partir de ahí, hubo una tendencia hacia la aridificación hasta hoy día, coincidiendo con un incremento de la caída de polvo atmosférico en el Sur de la Península, en relación a tormentas de polvo africanas.

Para poder estudiar estos cambios climáticos, la única forma es el estudio de los sedimentos y fósiles.

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