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Un carnívoro negocio

Un carnívoro negocio.

Un investigador granadino cultiva diferentes especies de plantas engullidoras y las vende en todo el mundo a través de su página web.

Cuando el cineasta y productor estadounidense Roger Corman rodó su ya mítica película `La pequeña tienda de los horrores´ (1960) no imaginó que años más tarde un investigador granadino recrearía su historia con el cultivo de plantas carnívoras y su venta a través de Internet. Aunque los protagonistas y el argumento han cambiado y poco queda ya de aquella floristería en la que una misteriosa planta atrajo a numerosa clientela, se mantiene el interés que despierta en muchísimas personas este tipo de vegetales.
Así lo corrobora Miguel Azañón, un licenciado en Farmacia y en Ciencia y Tecnología de los Alimentos que además investiga en la Universidad de Granada y que ya hace años se sintió atraído por estas curiosas plantas; una afición con la que al final ha conseguido unos ingresos extra, como él mismo explica. Las empecé a vender porque vi que había negocio; aquí, en España, casi nadie las conocía y, además de servirme como afición, me sirve para gestionar mis gastos, explicó este joven que comercializa plantas carnívoras y sus semillas a través de una web (www.plantascarnivoras.es); donde puede accederse al catálogo de productos disponibles.
Catálogo. A partir de un sencillo diseño, la página ofrece, además de una galería fotográfica de las diferentes especies en venta, artículos sobre estas plantas, enlaces a otras web sobre la materia, una sección de pedidos e información sobre los cuidados. Es precisamente a esto último a lo que hay que prestar especial atención puesto que, como manifestó Azañón, las plantas necesitan una tierra sin minerales y que retenga la humedad, se deben regar con agua destilada o de lluvia y se tienen que mantener a una temperatura de clima tropical. Y sus ventajas son muchas, ya que pueden prevenir de incómodos insectos, que acabarán siendo engullidos, o bien servirnos como un curioso regalo.
Las plantas que este joven cultiva son cuidadas en un invernadero. Con unos precios que van desde los tres hasta los veinte euros, Azañón ha conseguido hacerse con una clientela que se reparte por diversos países de Europa y Sudamérica, hasta donde distribuye por medio de servicios de paquetería urgente.
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