SOCIEDAD | Tenía una infección pulmonar aguda
El secreto del Infante
Momia. El profesor Miguel Botella junto a los restos momificados del infante Sancho de Castilla. la opinión
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EFE. GRANADA.
Un estudio de los restos momificados del infante Sancho de Castilla y Sandoval, cuya muerte era uno de los capítulos más enigmáticos de la historia de la monarquía en España, ha revelado que no murió envenenado como se creía, sino por un proceso infeccioso pulmonar agudo.
Los trabajos, subvencionados con 7.000 euros por la Consejería de Cultura de Castilla-La Mancha, fueron desarrollados por un grupo multidisciplinar liderado por el profesor Miguel Botella, director del Laboratorio de Antropología Física de la Universidad de Granada, y coordinados por Sor María Jesús Galán, del Convento de Santo Domingo el Real (Toledo), en el que están los restos.
El Infante, hijo natural del Rey Don Pedro I de Castilla `El Cruel´ murió en 1370 con siete años y algunos historiadores sospechaban que pudo ser envenenado mientras estaba recluido junto con su hermano Diego.
Los expertos estudiaron en detalle los restos del Infante desde el punto de visto morfológico, anatomopatológico y toxicológico, en un trabajo en el que han participado especialistas del Hospital Clínic de Barcelona, la Universidad de Alcalá de Henares, el SESCAM de Toledo, la Dirección General de Policía Científica de Madrid y la Universidad de Granada, según informó esta institución docente.
Mediante equipos de última generación se hizo un estudio anatomopatológico y toxicológico de las partes blandas de la momia, de la que se tomaron muestras biológicas, y los estudios del pulmón indicaron que el niño sufrió una exposición crónica al humo, probablemente procedente de chimenea u hogar, y una frecuente presencia de macrófagos alveolares y hematíes, que podría estar asociada con un proceso inflamatorio y hemorrágico.
Toxicología. Al no detectarse por ahora la presencia de tóxicos como arsénico o cianuro, los científicos consideran que el infante habría fallecido por muerte natural y no envenenado, como se sospechaba, y que la causa más probable de su deceso pudo ser un proceso infeccioso agudo pulmonar.
Además, una tomografía computerizada permitió conocer que su cuerpo no sufrió ningún traumatismo que le hubiera podido causar la muerte, y un TAC determinó que sus parámetros de crecimiento eran normales.
En un futuro próximo se va a ensayar la reconstrucción facial tridimensional para saber cuál fue el aspecto del niño en vida, por parte del equipo de análisis de imagen en 3D del Laboratorio de Antropología de la Universidad de Granada, que es el único que existe en Europa para ello. A ello le seguirá la regeneración del tejido dactilar, que se realizará en el departamento de Zoología y Antropología Física de la Universidad de Alcalá de Henares.