Una lista abierta
Podrían ser más. 6.000 es un número muy abierto, aunque lo más probable es que nunca se tenga constancia con nombres, apellidos y circunstancias reales de cuantos fueron «pasados por las armas» en Granada durante la Guerra Civil y la posterior represión franquista.
Rafael Gil Bracero y María Isabel Brenes han logrado rescatar algunos nombres al olvido, algunos datos que al menos muestran algo de la magnitud del genocidio que vivió una de las zonas más castigadas durante el conflicto.
La lista que se presenta en ´Jaque a la República´ parte de un apéndice que Gil Bracero entregó en su tesis doctoral en 1996. A partir de ese documento, y desde entonces, ha ido completando, con ayuda de Brenes, la triste sucesión de nombres recabando datos de los registros civiles de la provincia. «Hicimos un barrido en todas las cabeceras de los partidos judiciales, de los libros de defunción, y se completó con los de la capital, con los tres distritos que había (El Campillo, El Salvador y El Sagrario), y hemos ido recuperando algunas de las partidas de defunción». El trabajo de campo en los pueblos más pequeños también ha sido fundamental para la elaboración del documento y, del mismo modo, han podido acceder a algunos archivos militares
Bracero considera que este trabajo es «un registro muy aproximado e incompleto», ya que se ha podido encontrar «una pequeñísima parte» de los archivos. Por ejemplo, de los asesinados en Víznar y Alfacar, solamente hay constancia de unos 500, y se estima que «hay entre 2.000 y 3.000 cuerpos».
El historiador cita un documento «semioficial» de la Diputación, elaborado en los cuarenta, en el que se reflejaba «que la población, entre 1936 y 1939, había disminuido en unas 30.000 personas».
El investigador Gabriel Jackson, señaló Gil Bracero, «recogió que en la Audiencia Provincial de Granada se hablaba de 25.000 pérdidas humanas». Bracero estima que, al menos, «podemos hablar de 14.000 o 15.000 asesinados». Son más del doble de los registros que existen hasta el momento, pero ese listado, «está abierto».
La nómina que existe hasta el momento, con poca variación, es la que la Universidad de Granada facilitó al juez Garzón cuando éste la requirió, durante la instrucción de la causa contra los crímenes del franquismo.
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