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Trueque en la Red

El trueque, la más primitiva y básica forma de intercambio de productos y materiales entre comunidades, podría prestar un gran servicio al hombre moderno. Eso es, al menos, lo que piensan el arquitecto Felipe Velasquez y el ingeniero informático Enrique Lorite. Estos profesionales han creado desde Granada una plataforma web destinada a conectar a personas de medio mundo, que se unirán en una red en la que podrán lograr un objetivo, por el que no pujarán con dinero o propiedades, sino con las habilidades, los conocimientos y el trabajo que sean capaces de ofrecer.

El propietario de una empresa de decoración tiene un sueño: Quiere pintar al ritmo de la música en un local o en un restaurante, pero no sabe cómo llevarlo a la práctica. Un obstáculo se interpone entre la consecución de la meta y la intención de llevarla cabo. El dueño de un conocido establecimiento de la ciudad hace tiempo que anda detrás de una reforma del negocio, una obra que le es imposible materializar al no disponer de medios para contratar a un profesional que le planifique la intervención. Conocerse es, sin lugar a dudas, lo mejor que les podría pasar. En la calle, sería complicado que ocurriera.

La solución a su conflicto es encontrarse en el barrio virtual que Felipe y Enrique han creado en la web, www.la-papaya.org. No se trata de un caso real, pero ya hay más de uno parecido en el portal puesto en marcha por estos dos profesionales, que han conocido de cerca la Universidad de Granada (UGR). Un profesor de Historia del Arte de la Facultad de Letras dirige la tesis del primero. Hasta hace tres años, Enrique era alumno de la Escuela de Informática.

Hace un tiempo que se embarcaron en este curioso proyecto de fuerte vocación social, por el que ya se ha interesado más de una institución. La idea, que nació en la cabeza del arquitecto y cuyo desarrollo técnico ha sido posible, en gran parte, gracias a los conocimientos de Lorite, es una realidad desde hace algunas semanas. Sin ningún tipo de promoción ni ayudas externas, ya cuentan con algunas decenas de usuarios registrados.

Felipe confirma que han organizado un acto para mediados del próximo mes que permitirá a varias personas hacer realidad su sueño. Confianza. Los jóvenes, que exhiben una férrea fe en su proyecto, creen que posee elementos que lo distingue de otras plataformas digitales tipo ‘MySpace´, Tuenti o ‘Facebook´. “Estas soluciones sólo cuentan con imagen, con cara, pero están vacías, no tienen fondo alguno”, puntualiza el informático, que actualmente trabaja dando clases como profesor interino. Su filosofía es permitir el desarrollo armónico y sostenible de comunidades a las que une un nexo común.

Piensan que lo que han puesto sobre la mesa presenta un valor añadido, algo que no existía hasta el momento en este formato, que es el desarrollo de esa herramienta que permite a las personas alcanzar el objetivo personal, profesional, intelectual o cultural planteado. Nada en la vida es fácil. A cambio, deben ofrecer algo. Los miembros de la red pagan con servicios o productos. El sistema es el trueque, apoyado en las herramientas tecnológicas de este tiempo.

“Es simple y claro. No hay letra pequeña y cualquier persona, independientemente de su edad o condición, puede registrarse”, explica Velasquez. Aunque los promotores de la web no desean limitar su campo de actuación, pues dejan claro que ‘la papaya´ nace con vocación internacional y, de forma especial, para acabar con las barreras que continúan separando a españoles y latinoamericanos, el colectivo de trabajadores autónomos de Sevilla también ha mostrado interés por el sitio.

No temen a la situación de incertidumbre económica que vive el mundo y que afecta de igual manera a España. Piensan que, en su caso, es hasta positivo, pues “la crisis repercute directamente en los bolsillos de las personas, pero la gente va a seguir necesitando cosas, requiriendo los servicios de un pintor, de un dentista, de un abogado o de un ingeniero. En este sitio, todos encuentran soluciones. Es trabajo a cambio de trabajo. Simple, pero efectivo».

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