Sólo dos de cada diez estudiantes se implican en la gestión académica
Se suele decir que la Universidad tiene su razón de ser en los estudiantes. Es algo que puede resultar obvio, pero actualmente se produce una situación en la Universidad de Granada (UGR) que parece contradecir en parte dicha máxima: los 56.000 alumnos del campus granadino apenas participan en las decisiones que toman los responsables universitarios y que en muchos casos afectan directamente al alumnado. Tampoco se trata de que el estudiante ocupe el lugar del rector o de sus vicerrectores, pero lo cierto es que tan sólo dos de cada diez alumnos de la UGR se implican en el gobierno de la institución a la que pertenecen.
La prueba más evidente de esta apatía estudiantil se encuentra en la participación de los jóvenes en las últimas elecciones al rectorado. Durante los últimos comicios, celebrados en diciembre de 2007 y de los que salió vencedor Francisco González Lodeiro, tan sólo participó un 18% del alumnado total de la institución. Las cifras de hace cuatro años incluso resultaron peores, ya que sólo acudieron a la cita con las urnas un 16% de estudiantes. Precisamente el principal motivo que ha llevado a la UGR a crear la Delegación General de Estudiantes es involucrar a los alumnos en su gobierno. Las elecciones de mañana y, especialmente la participación estudiantil, pueden ser una prueba de fuego con la que comprobar si la medida es acertada.
«Es cierto que para muchos estudiantes la única preocupación es aprobar los exámenes y acabar la carrera, pero lo normal en titulaciones como Políticas es que el alumnado se implique», destacó Víctor Medina, presidente de AGUA, una asociación universitaria de Ciencias Políticas que cuenta con unos 100 miembros y que «lleva 14 años fomentando la participación estudiantil en los órganos de la UGR», destacó Medina.
Poco interés. La Coordinadora Sindical Estudiantil, una de las asociaciones más beligerantes en su oposición al Plan Bolonia, asegura que la implicación del alumnado es incluso menor de lo que se cree. «Ni siquiera llega al 10% el porcentaje de alumnos que se involucra en lo que pasa en la UGR», explicó un portavoz de esta coordinadora. «Buena parte de la culpa, de todas maneras, la tienen los responsables de la Universidad, a los que no les interesa que los estudiantes se muevan del redil en el que los tienen controlados», añadió.
Esta asociación ha rehusado participar en el proceso para la elección de representantes de la Delegación de Estudiantes, ya que consideran que este nuevo órgano es «un artificio que no servirá para cambiar nada». «El problema es que la UGR no se atreve a dar los pasos que merecen la pena, como organizar un paro académico que llevamos solicitando de forma sistemática desde hace cuatro años y que se nos niega siempre».
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