– La UGR negocia sin éxito el desalojo del aula ocupada
Los ruegos del decano de Ciencias del Trabajo, Antonio Delgado, no sirvieron para nada en la mañana de ayer.
La clase 03 de esta facultad continuó durante toda la jornada bajo el dominio de un grupo de jóvenes, muchos de ellos estudiantes de la propia Universidad de Granada (UGR), que de esta forma mostraban su rechazo a la implantación del Plan de Bolonia o, lo que es lo mismo, al Espacio Europeo de Educación Superior (EEES) en el campus granadino a partir de 2010.
El intento negociador emprendido en la mañana de ayer por la UGR para que los jóvenes depusiesen su actitud y abandonasen el encierro no sólo resultó poco fructífero, sino que, además, la iniciativa ha concitado la atención de otros muchos universitarios que ayer se acercaron hasta este aula por curiosidad y, ya de paso, para solicitar información a sus compañeros sobre el Plan de Bolonia.
“Esto no es ningún desafío a la UGR, simplemente estamos informando a los estudiantes de este campus sobre la situación que se les avecina: tarifas más altas y unos planes de estudios teledirigidos por las grandes empresas”, comentaba ayer uno de los ‘okupas´. Hablaba en uno de los muchos pasillos de esta facultad que se encuentran inundados de carteles reivindicativos. Aquello parecía un ‘edificio revolucionario´ más que un centro de la Universidad de Granada.
Carteles. A escasos metros, unas jóvenes se afanaban, rotulador en mano, en pintar nuevas consignas en las cartulinas. “A los dirigentes universitarios les resulta incómodo todo el ruido que estamos haciendo, pero no nos pueden criticar, porque, a diferencia de los que pasó hace unas semanas en Políticas, ni estamos pintando las paredes ni destrozamos el mobiliario del centro. Es una protesta pacífica”, aseguraba otro estudiante.
El grupo de ‘okupas´, que en función de la hora oscila entre el centenar y la veintena, duerme en sacos dispuestos por toda la clase e incluso el pasillo más cercano. “No podemos abandonar”, explicaba uno de ellos mientras señalaba hacia dos guardias de seguridad que la UGR ha dispuesto en la facultad para evitar incidentes.
“Hemos pedido a la Universidad una jornada de paro académico para informar sobre el Plan de Bolonia, pero se ha negado repetidas veces, por lo que la toma de una clase ha sido la única alternativa que nos han dejado”, coincidían los estudiantes mientras se preparaban para pasar su tercera noche de encierro.
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