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´La UGR mantiene la austeridad incluso desde antes de que se hablase de crisis´

´La UGR mantiene la austeridad incluso desde antes de que se hablase de crisis´

El rector asegura que la financiación del campus granadino está garantizada en un curso que servirá de preámbulo al Espacio Europeo de Educación

La sensación de sosiego que parecen trasmitir las paredes del Rectorado, cargadas de historia en cada uno de sus lienzos y muebles, contrasta con el permanente ajetreo en el que está condenado a vivir el rector de la Universidad de Granada (UGR), Francisco González Lodeiro, al que los compromisos casi no le dan ni un sólo respiro. Ayer, tan sólo un día después de un largo viaje de vuelta de Moscú, donde fue investido durante esta semana doctor honoris causa por el campus estatal de la capital rusa, no fue una excepción: una sucesión de actos programados e ineludibles le esperaban en la Universidad. Cada jornada del rector de la UGR es una contrarreloj continua por mor de un cargo que exige tener plena dedicación a la Universidad, pero él parece llevarlo bien e incluso pone buena cara. Es más, en casi todas sus manifestaciones se deja entrever que le apasiona este mundo de estudiantes, titulaciones y posgrados. Seguramente tiene cuerda para rato al frente de la Universidad. Al menos así lo deja entrever ayer ante la atenta ´mirada´ de sus antecesores en el cargo, protagonistas de los cuadros que cuelgan de las paredes del salón de rectores del Hospital Real.

–La Universidad de Granada ha comenzado un nuevo curso. ¿Se puede decir que lo hace en mejores condiciones que en cursos anteriores? ¿La UGR sigue creciendo como institución?
– La Universidad de Granada está mejor, pero es que la mejora se mantiene desde hace tiempo porque cada curso vamos solucionando los problemas que detectamos. Nadie es perfecto y todavía hay asuntos que resolver, pero nuestro propósito es que estudiantes, profesores y personal de administración y servicios (PAS) convivan en las mejores condiciones de trabajo.

–¿La crisis económica ha afectado al funcionamiento de la Universidad o puede hacerlo si persiste esta situación en el futuro? De momento hay una medida positiva para los alumnos: Se ha congelado el precio de las matrículas respecto al pasado año.
–La Universidad de Granada mantiene un plan de austeridad desde incluso antes de que se hablase de crisis, pero evidentemente las medidas de austeridad se han incrementado este año por la situación actual. A partir de ahora no se trata de reducir el gasto, sino de hacer una política para reorientar los recursos hacia las cuestiones más prioritarias. La crisis se ha notado en 2009, pero poco. ¿El próximo año? No lo sé. El presidente de la Junta nos ha garantizado una financiación similar a la actual. Evidentemente habrá que priorizar las inversiones y centrarlas en la docencia y la investigación.

–¿Qué ámbitos de la UGR se pueden sentir perjudicados por esta reorientación de las inversiones?
–Quizás las infraestructuras, pero tampoco se van a ver excesivamente perjudicadas. Por ejemplo, tenemos ya comprometida la ampliación del Parque Tecnológico de Ciencias de la Salud (PTS). En este sentido, ya se han resuelto dos de los concursos para adjudicar las obras y falta sólo uno. Además, el futuro centro Mente y Cerebro también está asegurado. Con recursos propios también está asegurada la ampliación de la facultad de Económicas y Empresariales.

–¿Este curso se puede considerar de transición hacia el Espacio Europeo de Educación Superior (EEES), que será obligatorio en el curso 2010-2011?
– La UGR quizás ha puesto en marcha una política conservadora respecto a la implantación del EEES al esperar hasta 2010 para adaptar sus titulaciones, pero no considero que sea una política errónea. Los deberes se están haciendo: espero que la Universidad concluya a finales de octubre o principios de noviembre de este año la adaptación de todos sus grados actuales, incluidas las ingenierías. Por tanto, a partir de ese momento tendremos tiempo para preparar todo y lograr que el curso 2010-2011 comience sin problemas.

–¿No causa temor tener que adaptar todos los títulos al mismo tiempo? Parece que así hay menos margen de error y, de hecho, otras universidades han allanado el terreno al respecto con experiencias piloto sobre el EEES.
–El resto de las universidades andaluzas tan sólo tienen adaptados un 10% de los títulos que ofertan actualmente al EEES. Esta situación a mí no me da vértigo, porque cada centro tiene su estructura y su historia. ¿Pueden cometerse errores? Evidentemente sí: todo lo que empieza está sujeto a posibles fallos, pero lo mismo pasa con lo que acaba. Lo único que espero es que los fallos del principio sean menos que los del final.

–La tasa de abandono de los estudios universitarios en Granada, fruto del fracaso académico, sigue en cifras preocupantes ¿Se desarrollan medidas para frenar esta situación?
–Lo fundamental es informar al estudiante recién llegado de qué es la Universidad y cómo funciona para que no se pegue el batacazo. Por eso hemos comenzado en Ciencias los cursos cero, que son previos a la carrera y sirven para el alumnado novato se familiarice con su centro y con los planes de estudios. En el futuro se ampliará a otros centros.

–¿El crecimiento de la institución pasa por la internacionalización?
–La vocación internacional de la UGR es muy antigua, pero lo cierto es que la presencia fuera de España ha aumentado especialmente en los últimos tiempos. En 1989 había sólo 40 estudiantes Erasmus en Granada. Un década después ya superaban los 1.700. La UGR es el campus europeo que más Erasmus recibe, una política que queremos desarrollar más aún.

–Tras la puesta en marcha el pasado año del instituto Confucio, un centro oficial para el aprendizaje del chino ¿La UGR espera estrenar próximamente otros centros de similares características?
–Ya hemos firmado un convenio con el Russisky Mir, que es como el Instituto Cervantes ruso, y estamos buscando una sede para la puesta en marcha de un centro de lenguas eslavas en la ciudad. Nuestra intención es que se inaugure este mismo curso. También queremos firmar un convenio con la Fundación Euroárabe para desarrollar actividades del mundo árabe. Otro proyecto importante es un posible convenio con la Casa Sefarad para todo lo relacionado con el mundo israelí.

–En los dos años que lleva al frente de la institución, quizás las mayores manifestaciones de descontento llegan desde los investigadores…
–En el programa electoral prometimos la posibilidad de estabilizar la situación de los investigadores y hasta ahora estamos dando a todos los investigadores doctores, vía programa Ramón y Cajal u otros, la oportunidad de estabilizarse en su posición, siempre bajo las condiciones que establece la propia investigación. Puede haber quejas, pero me gustaría que las concretaran. Repito: estamos haciendo un esfuerzo para que tenga la posibilidad de estabilización. Otra cuestión es que, por poner un ejemplo, se presente otra persona de fuera que demuestre más cualificación (los concursos son públicos). Respecto a los recursos materiales, las instalaciones no son las mejores del mundo, pero estamos aumentando y mejorando los centros disponibles.

–Aún quedan dos años para las próximas elecciones al Rectorado pero, ¿se plantea presentarse a la reelección?
– La reelección es una hipótesis más que verosímil. Sí me lo planteo, pero en cualquier caso no estoy trabajando para ser reelegido.

–La Universidad ha sido preseleccionada por el Ministerio de Educación para optar a la financiación del Campus de la Excelencia..
–Es importante y un éxito porque demuestra que la Universidad de Granada ha hecho bien las tareas últimamente.
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