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La máquina del tiempo de la UGR

La máquina del tiempo de la UGR

La institución albergará el primer laboratorio europeo equipado con la máxima tecnología en la datación de rocas, que será referencia en investigaciones sobre el cambio climático o los efectos de la erosión

Las rocas no sólo son relevantes para los guionistas de los Picapiedra –la popular serie animada estadounidense que, de forma cómica, ha tratado de popularizar esta fase del desarrollo humano–. En las entrañas de cada pedrusco, como si de un ADN se tratase, se guarda la historia de la tierra. Por cuestiones de dureza e invulnerabilidad, pertenecen, indudablemente, al grupo de elementos más antiguos de este planeta y por ello pueden aportar a los científicos información valiosísima sobre el origen de los tiempos, es decir, sobre las etapas que ha ido quemando la tierra en su evolución como planeta subsidiario del sol hasta llegar a la época contemporánea, la del apogeo del ser humano como habitante dominante del planeta e, hipotéticamente, poseedor de una inteligencia superior al resto.

El estudio de las rocas se puede considerar, por tanto, un viaje a un pasado remoto. Y, siguiendo con el mismo proceso de deducciones, habría que concluir que cualquier máquina capaz de interpretar el mensaje granítico que se cobija bajo la apariencia y realidad pétrea de cualquier roca es lo más parecido que se ha creado nunca a una máquina del tiempo.

Pues bien, tras este preámbulo pretendidamente didáctico se puede asegurar que la Universidad de Granada (UGR) es, a partir de ayer, la única poseedora de una ´máquina del tiempo´ en Europa, si así se considera a la tecnología dotada con el exclusivo sistema SHRIMP (Microsonda Iónica de Alta Sensibilidad y Alta Resolución). El rector del campus granadino, Francisco González Lodeiro, firmó en la mañana de ayer un contrato con John Fulton, de la Australian National University, y Eduard Roberts, jefe-ejecutivo de la compañía Australian Scientific Instruments, por el que estas instituciones asentadas en nuestras antípodas venden a la UGR la primera microsonda iónica de Europa.

Este aparato, que formará parte de un nuevo laboratorio de la Universidad de Granada cuya construcción y desarrollo costará unos cuatro millones de euros, será la tecnología más moderna en el tratamiento y estudio de superficies pétreas existente en Europa, según explicó uno de los artífices del proyecto, el catedrático de Petrología de la UGR Fernando Bea. No es de extrañar, por tanto, que el centro afincado en Granada permita a la UGR convertirse en referencia continental en el estudio de proyectos desarrollados con el cambio climático, la erosión de la tierra, los estudios medioambientales o la tecnología de materiales, por poner algunos ejemplos. Será, evidentemente, un centro polivalente capaz de albergar muchos estudios de forma simultánea. «Tendrá rango nacional e internacional», según explicó Bea. Se espera que científicos de toda Europa acudan hasta Granada bajo el reclamo de este nuevo laboratorio.

El campus granadino prevé que el centro sea bautizado como Ibersims, aunque se resiste a dar datos concretos sobre su puesta en marcha.

Su relevancia también se mide por su exclusividad, ya que hasta el momento sólo hay laboratorios dotados de esta tecnología en Australia, Japón, China, Corea, Rusia, Brasil, Estados Unidos y Canadá. La UGR será la próximo en entrar en este reducido club.

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