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Injusticia poética

Injusticia poética

Vaya por delante que todos los adjetivos calificativos que van a continuación están dichos sin ánimo de ofender, además de estar copiados de un sumario judicial y precedidos todos ellos de un ‘presunto’, extremos que queremos aclarar, ya que ahora mismo no disponemos de 60.000 euros sueltos, que es lo que le pide a nuestro afamado y laureado poeta don Luis García Montero un compañero (presunto) del departamento de Literatura de la Universidad de Granada, cuya gracia es José Antonio Fortes. José Antonio se sintió ofendido porque en un artículo de prensa nuestro Premio Nacional de Poesía le llamó perturbado, y en una acalorada reunión del departamento le tildó de mequetrefe, cretino, sinvergüenza e hijo de puta (presunto, presunto, presunto y presunto, añadiríamos nosotros).

En el juicio, celebrado días pasados, don Luis aseguró que el día de la reunión estalló y dijo esas lindezas, ya que el tal José Antonio viene repitiendo desde hace muchos años que tanto el poeta como su señora, la muy reconocida novelista doña Almudena Grandes, son unos pesebristas al servicio del régimen, además de señalar que nuestro poeta más universal, Federico García Lorca, era un fascista y que por el mismo camino se andaba don Francisco Ayala, nuestro más afamado novelista y ensayista. Dado que el primero fue fusilado por las hordas fascistas y el segundo ha vivido en el exilio cuatro décadas, estamos por asegurar que don Luis llevaba razón y que el tal José Antonio es verdaderamente un presunto de tomo y lomo. Por disculpar a don Luis, añadiremos que también nosotros hubiéramos reaccionado igual si hubiera ofendido de la misma forma la memoria de Groucho Marx.

Para entender un poco mejor el follón que se ha liado, hemos cogido las obras completas del (presunto) profesor Fortes, los ocho folios enteros y hemos intentando entender su ideología, que bien podríamos calificar de joseantoniana, como su propio nombre indica. Citamos textualmente: “La aporía del populismo literario igual la escribe García Lorca: el espíritu del pueblo español que anida allí donde se abre la desconcieciación de clase, el aideologismo, aclasismo y el servilismo de clase, permite la exultación de los valores y principios fundamentales que la ideología fascista, que el fascismo y sólo, sólo el fascismo organiza, propugna, defiende y eleva a categoría del espíritu del pueblo español”. (¿Ehhhhh!)

Preocupados por si nuestra ignorancia nos hubiera impedido advertir los ricos matices de tan enjundiosa frase, hemos ido a la Wikipedia para consultar algunas palabras, como aporía, que ha resultado ser “la dificultad lógica que presenta un problema especulativo”. Ha sido peor el remedio que la enfermedad. En nuestro descargo hemos de decir que sólo dominamos (mal) el español y que así, sin traducir, es muy difícil enterarse de algo.

¡Taxi!
Luego hemos hojeado el poema de don Luis que tanto disgusta al ideólogo joseantoniano, “Tú me llamas amor, yo cojo un taxi” y lo hemos entendido la mar de bien, sobre todo porque nos pasó una vez, que nos llamaron cariño y tuvimos que salir pitando. Hemos intentado lo mismo con las obras completas de don Francisco, pero nos hemos asustado, que son doce tomos de los gordos. Nos hemos quedado con el primer título, que, mira tú por donde, ense nombra ‘Tragicomedia de un hombre sin espíritu’. A lo mejor va a ser eso.

Esperemos que el señor juez sea hombre dado a las lecturas –hay gente para todo– y valore los méritos de unos y de otro y entienda que a veces no queda más remedio que levantar la voz, que siempre es mejor que pegar un tiro en el culo, que las palabras hacen mucho menos daño que las balas, vete tú a comparar. Y al tal José Antonio le aconsejamos que no se preocupe por la envidia cochina, que es muy humana, y que nosotros compartimos, ya que también nos gustaría escribir como lo hacen don Luis, don Francisco y doña Almudena. De lo que sí tiene que preocuparse es de ir más a menudo a la depilación, que se le ve mucho la presunta patita peluda.
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