Elena García de Paredes
«Falla tenía algo especial que en una familia y en un país
es muy raro que se repita»
Coco Falla, junto a un lienzo con el retrato de su tío-abuelo.
ANA C. FUENTES. GRANADA
Elena García de Paredes (Madrid, 1961) asegura que nadie en la familia Falla ha heredado, de momento, el genio musical de su tío-abuelo. Al apellido del autor de la partitura de ´La vida breve´, unido al volumen y redondez de su cabeza -dice-, debe el alias por el que la conoce media Granada: Coco Falla. La gerente del Archivo Manuel de Falla es hija de José María García de Paredes, el arquitecto del auditorio granadino y de otros construidos por media España, y de Isabel, la sobrina de don Manuel.
En una oficia del edificio construido y reconstruido tras un incendio por su padre, en el que el Archivo comparte espacio con el Centro Cultural Manuel de Falla y con la Orquesta Ciudad de Granada, tuvo lugar esta entrevista. En una tarde de mucha lluvia en la que se ensayaba ´El retablo de maese Pedro´, según la versión de los escolares de Fuentevaqueros, Gualchos y Galera. De haber sido un día con menos agua, Elena García de Paredes, que no es músico como su tío-abuelo pero que tiene la voz tan agradable como la música, hubiera posado junto a los bambúes del jardín del Auditorio. Asegura que desde allí, al atardecer, la vista de Granada es de lujo, incluso, mejor que la de Clinton desde el mirador de San Nicolás.
La Fundación Príncipe de Asturias acaba de tributar un homenaje a los grandes del siglo XX, entre los que eligió a Falla. ¿Cómo se lo han tomado el Archivo y la familia?
Para el Archivo, que ha participado a través de Yvan Nomick, director musical, que dio una conferencia sobre los años de Falla en París, y para la familia, puesto que mi madre Isabel de Falla fue en representación, ha sido un honor participar en estos actos. Sé que mi madre estaba encantada y que le ha parecido una idea acertadísima el escoger una serie de figuras del siglo XX que de alguna manera han determinado la cultura y la política de este siglo. Que dentro de los músicos se escogiera a Manuel de Falla le ha hecho mucha ilusión.
Algún sector criticó que dentro de tantas figuras no se eligiera a ninguna mujer?
Sí, eso parece. Y creo que debe de haber alguna mujer que en el siglo XX despuntara. Además, fue el siglo de la liberación de la mujer. Creo que hubiera sido acertado incluir alguna figura femenina.
¿Su madre le ha contado alguna anécdota de esos días en Asturias, entre tanto descendiente ilustre?
Me contaba que le producía la misma impresión que a cualquiera de nosotros ver descendientes de Chaplin o de Churchill, por ejemplo. Me decía que era simpatiquísima y divertidísima la descendiente de Charlot. Luego a algunos ya los conocía, como a Laura García Lorca. Por lo demás, el frío de Oviedo, y vino encantada con el trato que recibieron.
Con 2006 a las puertas, ¿cuáles serían los principales proyectos de la institución para el año próximo?
Para 2006 todavía estamos pendientes que el programa lo apruebe el Patronato de la Fundación, por eso no podemos anticipar nada. Pero básicamente, en el próximo año seguimos en la línea que hemos marcado, o sea, el acento estará en el archivo, en las publicaciones, sobre todo en el trabajo de digitalización tan importante que se está realizando, en el cual colaboran instituciones como la Sociedad Digital de Autores o la Universidad de Granada. También continuaremos con la colaboración con la Orquesta Ciudad de Granada, en los Cursos Manuel de Falla, y profundizaremos en la relación ya iniciada con el Centro Cultural Manuel de Falla y con la casa-museo.
Fruto de esa colaboración con la casa-museo, esta temporada se ha unificado el recorrido por el carmen de la Antequeruela y la exposición permanente del Archivo. ¿Qué resultados está teniendo la iniciativa?
Está dando muy buenos resultados. No sólo por el número de visitantes, sino por el tipo de visitas. El hecho de aunar esfuerzos está atrayendo más grupos. Pienso que sobre todo, da una mejor imagen del trabajo que se realiza aquí. A un visitante que venga de Inglaterra, o de donde venga, no le sirve de nada que le digan que la casa museo tiene un horario y depende de una institución y luego hay una exposición que tiene otro horario y depende de otra institución. El visitante sólo entiende que viene a ver lo que hay de Manuel de Falla y quiere el mejor servicio. Con esta nueva etapa, es lo que conseguimos.
El Ayuntamiento anunció hace unos meses que encargaría el estudio integral para la readecuación del Auditorio?
Es muuuy necesario. Este ha sido un lamento permanente, prácticamente desde que llegó el Archivo a aquí, porque nos hemos dado cuenta de las carencias que tiene este edificio, de lo bien que se ha conservado aparentemente, pero necesita una puesta a punto de todo. Luego también por una razón obvia, cuando se inauguró el Auditorio en el año 78 no existía la Orquesta Ciudad de Granada, el Archivo no estaba aquí y no tenía un funcionamiento como el que tiene ahora. Por fortuna, ahora el Auditorio está a pleno rendimiento. Tiene una actividad diaria enorme y no sólo hay que darle un lavado de cara de ´goteras´ que pueda tener, que las tiene, sino una reordenación de espacio y de cosas que necesita. A bote pronto, y por ejemplo, un bar para los músicos e incluso una sala de ensayos. Se está utilizando una magnífica sala de conciertos para los ensayos diarios y eso es un derroche de energía, de dinero y de todo.
¿Tiene recuerdos de la construcción del Auditorio y de su reconstrucción, posterior al incendio?
Sí, tengo el recuerdo de la inauguración, que yo tendría entonces 16 o 17 años. Recuerdo perfectamente bajar las escaleras y ver ese jardín tan bonito y ese edificio que está como escondido, que no te das cuenta del tamaño real que tiene hasta que vas entrando. Es como una sorpresa continua. Ves el jardín y un trocito de edificio, y cuando entras te das cuenta de que es enorme, porque todo está bajo tierra, escondido. Luego tengo el recuerdo de cuando el incendio. Entonces vivía en Madrid y me asusté mucho porque la noticia que me dieron fue que había ardido algo de Manuel de Falla y pensé en la casa museo y me eché a temblar porque dije, ´eso ya no tiene remedio´. Sí sé el comentario que hizo mi padre, que estaba viajando con mi madre, no sé si iba o volvía de Roma y dijo, con su sentido del humor: Mira Maribel, no te preocupes, así se podrá hacer todo lo que no quisieron hacer en su momento. Él era consciente de que se trataba de una segunda oportunidad para introducir todo lo que no pudo hacerse en el principio, por presupuesto o por lo que fuera. Y así fue.
¿Cuáles son, a su juicio, las joyas del Archivo Manuel de Falla?
Todo el archivo. La primera joya es conservar un archivo con tal cantidad de documentos. Este tipo de archivos no es habitual y menos en un músico. El Archivo Manuel de Falla es un botón de muestra magnífico de un periodo y de una época. Buceando entre sus papeles se puede ver exactamente cómo era la vida cultural de Europa entonces. Luego, hay joyas como los manuscritos de sus composiciones musicales, que se conservan todos. Se puede seguir la evolución, desde la primera nota, hasta la corrección de pruebas de la partitura impresa. Hay cartas de las grandes personalidades del momento y luego manuscritos del siglo XVI… Es que empiezo y no paro.
¿Por qué tipo de documentos se interesan más los investigadores que llegan hasta el Archivo?
Uno de los fondos más consultados, desde luego, es la correspondencia. Porque por suerte se conservan tanto las recibidas por Manuel de Falla como las copias de las que él enviaba. Luego hay obras que tienen más tirón, como ´El retablo de maese Pedro´ o ´El sombrero de tres picos´. Personajes de su generación, aunque en realidad él hizo puente entre dos generaciones, pero hay documentación de Fernando de los Ríos o de Stravinsky, por ejemplo.
¿Dice que se conserva la correspondencia cruzada?
Sí, se conservan las dos partes de la correspondencia. Ese fue un trabajo que inició Isabel de Falla y que está muy bien. Iba contactando con todos los responsables o herederos de los otros archivos y se hacía un intercambio. Ella decía, yo te dejo fotocopia de las nuestras y tú me dejas fotocopias de las tuyas. Gracias a eso se puede seguir el epistolario.
El Archivo mantiene también una labor de formación a través de sus talleres de arte con escolares. ¿Cómo evalúa los frutos?
No podemos, ni muchísimo menos, atribuirnos todo el mérito, puesto que por fortuna este tipo de actividades se ofrecen cada vez más. Hay más instituciones en Granada que ofrecen talleres, experiencias didácticas. Las instituciones nos hemos concienciado de la importancia de completar de otra manera la formación de los jóvenes. Yo, que voy siguiendo los talleres, y ya vamos por el séptimo, me doy cuenta de que la semilla es importante. Son talleres de muy pocos alumnos pero muy extendidos en el tiempo, es decir, que permiten un contacto muy estrecho con el alumno. He visto al comienzo, el primer día, que se quedan asombradísimos de escuchar una música que a ellos les suena a chino, porque esa música de Manuel de Falla de ´El retablo de maese Pedro´ a ellos les suena rarísima, el texto no lo comprenden. Ves las caras como diciendo ´dónde me he metido´. Y he visto cómo al final asumen perfectamente el personaje que representan, entienden la obra, les gusta, la tararen, la comprenden y sé que eso lo van a llevar siempre, hasta que sean mayores.
¿Qué hay de nuevo sobre el proyecto de la exposición itinerante sobre Falla?
Sí, ´Itinerancia´ se llama. Dios mediante, y espero que sea así, tenemos todo el interés en que arranque el próximo otoño, es decir, para noviembre de 2006. Nuestro deseo es inaugurarla para entonces en Cádiz y que a partir de ahí itinere por las distintas ciudades previstas. Incluso hay una propuesta para, una vez que finalice esta itinerancia, cederla al Instituto Cervantes e irla llevando por sus distintas sedes.
¿Tuvo usted una infancia marcada por la música?
Sí, pero de todo tipo. En casa se escuchaba de todo. Nunca fueron muy machacones con el tema de Manuel de Falla. Yo empecé a conocer más de cerca su figura al comenzar a trabajar en el Archivo, que entonces era un archivo familiar en Madrid. También gracias a Manuel de Falla y al trabajo que hacía mi madre, vimos venir a casa gente maravillosa que me ha dejado un gran recuerdo, como fue conocer a Manuel Ángeles Ortiz o a Miró…
¿De dónde viene lo de Coco?
Uy, de cabezona. Pero cabezona físicamente, por volumen y redondez. Creo que iban diciendo ´¡es un coquito!´.
¿Alguien de la familia ha sacado los genes de su tío-abuelo?
No, el genio musical que tenía, por ahora, nadie. Tengo una sobrina que toca el piano maravillosamente bien, pero no en la familia, en general en el mundo entero, hay unas pocas personas que están tocadas por un don o una gracia, y en el caso de Manuel de Falla él fue músico como pudo ser un magnífico escritor. Tenía algo especial que no en una familia sino en un país, es muy raro que se repita. Encima él lo aprovechó muy bien, era muy trabajador.
¿Piensa que Granada es una ciudad cultural o que sólo tiene una programación cultural elevada para su tamaño?
Creo que las dos cosas. Como ciudad tiene un encanto, un atractivo y un misterio que atrae a los espíritus artistas. Luego, por otra parte, la propia ciudad sabe reconocer eso que tiene y es cierto, tiene una programación cultural que para el tamaño de la ciudad, en proporción, es mayor que la de ciudades más grandes como Sevilla. Por cantidad y por calidad. No hay más que leer el periódico.
Hablando de actividades culturales, ¿con cuánto puntuaría, del 1 al 10, al Festival de Música y Danza de Granada?
El 10 no se lo daría, pero sí un notable alto.
¿Y a la OCG?
También.