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Expertos en urbanismo, en contra de los «experimentos»

Expertos en urbanismo, en contra de los «experimentos»

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Á.C. Tanto en el eje de actuación Carril de la Lona-San Miguel Bajo- Santa Isabel la Real como en la intervención a la vuelta del verano en la calle Pagés –una de las principales arterias del Albaicín alto–, el Ayuntamiento de Granada optó en sus proyectos por incluir un pavimento que “resista el paso del tráfico rodado, facilite el tránsito peatonal y al mismo tiempo se integre en la medida de lo posible en la historia del barrio”.

“Está claro –según consta en el proyecto– que no se puede optar a reconstruir un pavimento similar al existente pues la experiencia nos indica que más bien pronto que tarde nos encontraríamos en la misma situación actual, por lo que la inversión y molestias a vecinos provocadas por las obras quedaría en saco roto”. Es por ello que la Concejalía de Urbanismo se decantó por una solución mixta, “en la que el vehículo rodado tenga asignado su superficie de circulación y el peatón el suyo bien diferenciados y adecuados a las necesidades actuales”.

Tras la polémica suscitada por la pavimentación de las calles, el Ayuntamiento parece haber dado marcha atrás y muy probablemente se vea obligado a retocar también el proyecto de la calle Pagés aunque a la concejal de Urbanismo, Isabel Nieto, le siga pareciendo que el empedrado es más propio para transitar con caballos. La opinión del Ayuntamiento no es compartida por algunos de los expertos en urbanismo con los que ha contactado La Opinión.

El profesor titular de Urbanística y Ordenación del Territorio de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de la Universidad de Granada, Marcelino Martín, cree que el pavimento de la ciudad hace ya años que está sirviendo de “campo de experimentación”. Asegura que hay entre 20 y 30 pavimentos distintos según el sitio. Martín, que reside además en el Albaicín, no comparte el sistema mixto que eligió el Ayuntamiento para este barrio histórico.

“Parece que el pavimento es una especie de muestrario. En el caso del Albaicín, creo que la intención real del Ayuntamiento es asfaltar pero, como saben que es un barrio histórico, deben tener mala conciencia y colocan el adoquinado o la piedra fina en el medio de la calzada”, opina el paarquitecto, quien recuerda que este mismo sistema “no es nuevo”, pues se ha implantado en calles del Realejo como Molinos, Tablas o en la cuesta Gomérez. Parecida opinión comparte el arquitecto Carlos Sánchez, quien asegura que el empedrado puede llegar a ser cómodo y desde luego mucho más resistente que el sistema mixto.

Sánchez considera que “debe aplicarse el sentido común y y utilizar materiales resistentes”. Recuerda que las calles que se hicieron en la época de Gallego Burín siguen preservando en buen estado el empedrado y pone como ejemplo la cuesta de Santa Inés. Mucho más crítico se mostró el presidente de Granada Histórica, César Girón, quien calificó de “aberración” la pavimentación que se ha introducido ya en algunos calles del Albaicín y en otros puntos de la ciudad.

A su juicio, este tipo de intervención responde a los intereses “exclusivamente” de Emasagra pues “le resulta más fácil levantarlo y más barato taparlo”. Girón recordó que fue un concejal socialista de Urbanismo, Francisco Ruiz Dávila, quien introdujo este sistema mixto de rodadura de asfalto y empedrado en Cuesta de Gomérez y ya entonces trasladaron una denuncia a la Unesco. “La ciudad está hecha un asco y necesita cuidar la tercera fachada que es el pavimento”, aseveró.

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