Inicio / Historico

En busca de la primera experiencia laboral en Europa

En busca de la primera experiencia laboral en Europa

El estudio y la posibilidad de conocer otros lugares ya no son los únicos argumentos que exhiben los alumnos de la Universidad de Granada (UGR) para justificar sus estancias en otros países europeos a través de becas como la del programa Erasmus. La experiencia laboral se ha convertido es otro de los retos que se marcan aquellos jóvenes que deciden emprender la aventura europea. Es algo normal, si se tiene en cuenta que en los tiempos actuales el desempleo cada vez aprieta más y la competitividad se muestra feroz. Nada como acreditar una experiencia laboral en el extranjero para destacar sobre los demás.

Quizás por ello –y también por el trabajo de la UGR a través de la firma de convenios– se incrementará durante este curso la cifra de alumnos de la UGR que realizan prácticas en el extranjero. Más de 300 jóvenes matriculados en la institución docente trabajarán en países de la Unión Europea, principalmente Francia, Gran Bretaña, Italia y Portugal, según comentó el director del Centro de Empleo y Práctica de la UGR, Francisco Javier Rojas.

El programa Leonardo da Vinci es el principal impulsor de esta movilidad de carácter laboral. Se trata de un proyecto financiado por la Comisión Europea y forma parte del Programa de Aprendizaje Permanente 2007-2013 de la Comisión Europea. Su objetivo es desarrollar una mano de obra cualificada en Europa a través de la concesión de oportunidades profesionales a los universitarios. En este caso, las retribuciones económicas suelen ser más cuantiosas que en los programas nacionales, ya sea el propio de la UGR o el de la Junta de Andalucía (Praem), pero también es cierto que en muchos casos no es barato costearse la estancia en otro país.

Rojas también destacó la colaboración existen entre la Universidad de Granada y el resto de campus pertenecientes al Grupo Coimbra, que incluye a los que posiblemente son los 38 centros de estudios superiores más prestigiosos del continente –desde Oxford o Cambrigde en Gran Bretaña hasta Siena y Padua en Italia, Salamanca y Granada en España u, obviamente, Coimbra en Portugal–. Todos estos campus intercambian prácticas laborales para sus alumnos, de manera que un joven granadino puede beneficiarse, por ejemplo, de los convenios suscritos por Oxford u otro centro del Grupo Coimbra.
Descargar