El Plan Bolonia hará más difícil el CAP, que durará un curso entero
El Curso de Adaptación Pedagógica (CAP), la titulación universitaria que permite impartir docencia en la Enseñanza Superior Obligatoria (ESO), el Bachillerato o la Formación Profesional (FP), durará un curso entero a partir del ciclo 2010-2011 y su nivel de exigencia se incrementará notablemente. El CAP es considerado en la actualidad por muchos como un título relativamente accesible, que se puede sacar en apenas tres meses –aproximadamente 150 horas– y con un horario flexible para licenciados o diplomados en carreras diferentes al Magisterio.
Un ‘chollo’, en definitiva, que parece tocar a su fin. Fuentes universitarias advirtieron de que el CAP será objeto de una exhaustiva reforma en apenas dos años, justamente cuando se empiece a aplicar el Espacio Europeo de Educación Superior (EEES) en la Universidad de Granada (UGR). Cada año más de 2.500 personas cursan el CAP en el campus granadino a través de diferentes convocatorias. Su éxito se fundamenta en que parece una buena salida laboral. La docencia se ha mostrado, en los actuales tiempos de crisis, como un filón a la hora de encontrar un trabajo.
Mientras la mayoría de los sectores económicos intentan quitarse de encima trabajadores ante la mala situación general, la Educación Pública ha emprendido el camino contrario: Necesita profesionales para dar solución a la elevada demanda que se le acumula año tras año. Por ello la Junta de Andalucía convocó el pasado año una oferta de empleo público de 8.000 plazas docentes en instituto, una situación que se repetirá en 2010. Con este panorama es lógico que el CAP presente de un tiempo a esta parte una demanda extraordinaria.
Desde finales de 2010, el CAP pasará a tomar la consideración de máster oficial y, como tal, tendrá una duración de un curso entero, es decir, desde octubre hasta mayo, pero la exigencia no sólo será mayor por la prolongación del periodo lectivo –unas 600 horas de clase–, sino también por las exigencias académicas. Más prácticas. El CAP, por ejemplo, necesitará la superación de 60 créditos lectivos que incrementarán tanto las clases teóricas como las prácticas en institutos, una parte del curso que ahora se ‘despacha’ en unas 50 horas.
El incremento de los créditos será notable si se tiene en cuenta que actualmente se requieren tan sólo entre 18 y 25,5 créditos, en función de la especialidad escogida. Para acceder al CAP habrá que acreditar, además, el dominio de una lengua extranjera. Una de las medidas que, seguramente, más afectará a los futuros aspirantes es la merma de la flexibilidad horaria. El 80% de los créditos serán presenciales, de modo que se suprime la posibilidad que había hasta ahora de cursar un CAP semipresencial.
La reforma ya ha sido aprobada por el Gobierno, que sostiene que se “mejorará la formación de los futuros profesores”, una cuestión que consideraba una asignatura pendiente desde hace tiempo. El PP ya intentó hace años introducir este cambio en su reforma educativa, pero no llegó a aplicarse. Año tras año se ha ido alimentando la lista de alumnos del CAP, a menudo candidatos poco probables a docentes, pero animados a cursarlo, por si acaso, antes de que se endurezcan las condiciones para ser profesor.
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