El germen de la vida
Un científico sevillano afincado en Granada, Juan Manuel García Ruiz, partió el pasado mes de abril hacia las antípodas. Su misión, junto a la de otros expertos de la Estación Biológica de Doñana y el Centro Superior de Investigaciones Científicas, al que él pertenece, es ahondar en el origen de la vida y su relación con la comunidad andaluza.
Es la cuarta expedición que realizan a diferentes lugares del mundo y que en 2009 los ha trasladado hasta las costas de Australia. Juan Manuel posee una amplia trayectoria en esta disciplina que lo ha llevado a ser profesor de Investigación del CSIC en la Universidad de Granada y director del Laboratorio de Estudios Cristalográficos. Asegura ser amante de esta materia desde los quince años.
Su aventura comenzó el pasado 12 de abril y concluirá este mismo domingo. Junto a él no sólo han viajado otros científicos de las dos instituciones, sino también un equipo de Radio Televisión de Andalucía, para recoger y posteriormente editar un completo documental acerca de la expedición que se ha desplazado a miles de kilómetros para arrojar luz sobre el origen de la vida y comprobar los perjuicios que está ocasionando el cambio climático en estas tierras. Colegas australianos cierran el plantel de científicos destacados en este continente.
El director del Laboratorio Cristalográfico del CSIC en Granada recoge en el blog de la expedición que su estancia de apenas un mes en Australia se centra en el estudio de las rocas más antiguas del planeta y más concretamente en la búsqueda de los restos más antiguos de la vida sobre la Tierra. Palparán el desierto y el Gran Banco de Coral donde, según explica, analizarán las formaciones en las que se han localizado numerosos estromatolitos, considerados las pruebas más antiguas de la vida sobre la Tierra. Rocas que datan de hace más de 3.800 millones de años.
Son los estromatolitos los que generan controversia científica. Los expertos australianos Malcolm Walter y Martin van Kranendonk sostienen que existen estructuras estromatolíticas en las rocas arcaicas del occidente australiano. Sin embargo, Juan Manuel García Ruiz y Stephen Hyde, matemático de la Universidad Nacional de Australia, no están tan seguros de ello y creen que esas estructuras con formas arriñonadas se pueden explicar sin necesidad de meter a la vida por medio.
La incursión científica en las antípodas tiene otro objetivo, comprobar sobre el terreno los estragos que el calentamiento global está infligiendo en la biodiversidad.
El director del Laboratorio de Estudios Cristalográficos afirma que «la barrera de coral australiana, al igual que muchos otros arrecifes coralinos de todo el mundo están sufriendo una importante recesión: los corales se mueren». Estos cambios, comenta Juan Manuel, no sólo se deben a los efectos perniciosos que sobre la naturaleza está teniendo el cambio climático, sino también la introducción de prácticas nocivas por parte del ser humano.
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