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El control policial lleva la fiesta al botellódromo

El control policial lleva la fiesta al botellódromo

Unos 3.000 universitarios se reúnen durante la tarde en la explanada junto al Hipercor para participar en la convocatoria de los futuros médicos. La celebración transcurrió sin excesivos incidentes

Granada vuelve a tomar el pulso universitario tras las vacaciones veraniegas. Por si alguien lo dudaba, sólo hacía falta pasarse ayer por algunas de las calles más céntricas de la ciudad para darse cuenta de que los jóvenes universitarios ya han recargado energías y están de vuelta para afrontar el curso 2009-2010. Más de medio millar de alumnos de la Facultad de Medicina de la Universidad de Granada (UGR), probablemente la más prestigiosa de la institución, salieron durante la mañana por las calles de la ciudad para celebrar la festividad de San Lucas, patrón de estos estudios, y dar la bienvenida ´a su manera´ a los alumnos de nuevo ingreso, es decir, mediante novatadas.

A su lado, sin perder detalle, se apostaron varios agentes de la Policía Local. No es de extrañar, ya que esta celebración acabó el pasado año como el ´rosario de la aurora´, con rotura de mobiliario urbano incluida, por lo que existía gran preocupación entre los responsables de la UGR y las fuerzas de seguridad ante esta convocatoria. Sin embargo, el control policial y la buena actitud de la mayoría de los jóvenes participantes hizo que no se registrasen graves incidentes, según confirmó la Policía Local. Es más, la presencia de numerosos agentes en la plaza de Derecho provocó que los jóvenes ´huyesen´ a media tarde hasta el botellódromo, ubicado junto al centro comercial Hipercor.

El recientemente fallecido Michael Jackson se convirtió en el protagonista de la celebración. Un joven estudiante ataviado con peluca negra, cazadora roja y pantalones ´a lo Jackson´ fue el ´rey´ de la fiesta. Su senda fue seguida por decenas de jóvenes disfrazados de zombis y muchos más provistos de las tradicionales batas verdes o blancas que distinguen a los profesionales sanitarios –la ropa no acabó precisamente limpia al final del día–. Así, con estas pintas, realizaron el tradicional recorrido desde la facultad de Medicina hasta la plaza de

En la calle San Juan de Dios, zona obligada de paso, no se produjeron altercados más allá de los tradicionales lanzamientos de huevos, harina, ketchup o mayonesa a los novatos. El pasado año, en esta zona, varias personas mayores se quejaron de que fueron empujados por los jóvenes y que incluso algún anciano acabó en el suelo. «Siempre hay alguno que la lía, pero en esta ocasión tan sólo una mujer lamentaba que le habían pintado el carro de la compra con un espray», comentaban los propios estudiantes.

En Derecho, como es costumbre, el personaje principal de la celebración –el joven disfrazado de Michael Jackson– fue lanzado desde lo alto de la estatua de Carlos V que preside el lugar. Afortunadamente no hubo que lamentar heridos.
Precedentes. En otras ocasiones, algún alumno acabó clavándose los hierros que rodean a la estatua. Los más enojados eran los trabajadores de los bares cercanos, que no tuvieron una mañana tranquila. «Nos han ensuciado el local. Venían en manadas al cuarto de baño», lamentaba la camarera de un bar vecino, con la fregona en mano. «Hemos vendido menos de lo habitual. Los turistas miraban incrédulos lo que estaba pasando y se iban», aseguraba una dependienta del Dunkin Coffee, situado a escasos diez metros de Derecho. Muy cerca, varios trabajadores de Inagra se afanaban en limpiar el empedrado a base de manguerazos de agua. «Apenas hay restos de alcohol, pero han tirado de todo y hay más suciedad de lo normal», comentaba uno de los empleados.

El control policial impidió que los jóvenes sacasen las botellas y realizasen el tradicional botellón en la zona, por lo que la convocatoria se dispersó antes de lo habitual, hacia la una de la tarde. Eso sí, tuvo continuidad por la tarde en el ´botellódromo´, el lugar habilitado por el Ayuntamiento de Granada para la ingesta de alcohol por parte de los jóvenes –en el resto de calles de la ciudad está prohibido–. Hacia las tres de la tarde unos 200 estudiantes de Medicina se concentraban en la zona. Eran pocos, pero tras un parón para almorzar y reponer fuerzas la cosa se animó. La asistencia se incrementó hasta el medio millar a las siete de la tarde. A las nueve de la noche ya eran 3.000 los jóvenes concentrados en el botellódromo, aunque la situación estaba controlada, según comentaron fuentes de la Policía Local.
Vuelta a clase. La fiesta, después, bajó el tono. «Los primeros que nos retiramos somos los alumnos de Medicina, puesto que mañana (hoy) tenemos clase a las once de la mañana y, al contrario de lo que pasa en otras facultades, nosotros sí vamos a clase», comentaba una joven. Otro estudiante, a su lado, explicaba cómo calmar la resaca: «Lo mejor tras dos cubatas es beber un vaso de agua, porque el cuerpo se deshidrata bastante con el alcohol». Quizás este consejo sirva a muchos para poder ir hoy a clase tras dar la ´bienvenida´ al nuevo curso.
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