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El apartamento de lujo de la Universidad

El apartamento de lujo de la Universidad

El Carmen de la Victoria, antiguo jardín árabe que después fue convento, es hoy el recinto en el que se alojan los invitados de excepción de la UGR. Ayala, Alberti, Torrente Ballester, Saramago o Irene de Grecia han dormido en sus aposentos

La Universidad de Granada (UGR) sabe cómo quedar bien con sus invitados. Sólo hace falta darse una vuelta por el Carmen de la Victoria, el palacete que le sirve de lugar de acogida para las personalidades que visitan la institución, para darse cuenta de que su tarjeta de bienvenida es inmejorable. Este recinto de excepción, de 3.067 metros cuadrados y ubicado en pleno barrio del Albaicín, cara a cara con la Alhambra, cuenta con uno de los jardines históricos mejor conservados de la ciudad y es, seguramente, el objeto de deseo de muchos empresarios hoteleros.
La UGR, sin embargo, no vende. Al menos de momento, según asegura Antonia Reyes Requena, profesora titular de Ingeniería Química de la UGR y la actual directora del Carmen de la Victoria. Antonia no para. Lo supervisa todo una y otra vez porque sabe que cualquier detalle tiene que estar a punto para sus distinguidos huéspedes. La imagen de la UGR está en juego.
Desde que en los años ochenta la institución decidiese alojar entre estas paredes a los invitados más ilustres, la lista de nombres célebres no ha parado de crecer: figuras de la literatura como Rafael Alberti, Gonzalo Torrente Ballester, Ana Rossetti, Francisco Ayala o los premios Nobel Camilo José Cela y José Saramago han dormido en sus habitaciones. También Irene de Grecia, hermana de la reina de España, o historiadores como Pedro Laín Entralgo. Uno de los ´padres´ de la Constitución, Gregorio Peces-Barba, el ex presidente de la Generalitat de Cataluña, Jordi Puyol, el juez Baltasar Garzón, el dibujante José Luis Forges, los cantantes Miguel Ríos y Luis Eduardo Aute o la mujer del ex presidente ruso Vladimir Putin, Liudmila Pútina, también figuran entre los residentes que han pernoctado en sus habitaciones y han podido disfrutar de la tranquilidad de un paseo por sus jardines, desde los que se distingue, en el horizonte, la silueta de la Alhambra. Unos jardines, por cierto, que pueden presumir de fuente de inspiración, puesto que al refugio de sus árboles se han escrito hasta cuatro libros de poesía.
La presencia de todos estos huéspedes y muchos más queda reflejada para la posteridad en el libro de visitas del carmen, plagado de firmas y dedicatorias de personajes célebres y que los propios empleados del recinto guardan como un joya.
El Carmen de la Victoria, en cualquier caso, no sólo ´vive´ de nombre conocidos. Si se tratase de un hotel al uso, tendría el éxito empresarial asegurado, puesto que «está al completo prácticamente durante todo el año», remarcó su directora. A él acuden profesores de todas las nacionalidades imaginables (noruegos, finlandeses, chinos, estadounidenses, marroquíes, etc.) que llegan a Granada como docentes invitados por la UGR, Por supuesto, también se alojan en este palacete los rectores llegados de otras universidades. «Incluso hay actividad en verano, cuando se acaban las clases, porque vienen profesores de otras universidades a pasar unos días de vacaciones», añadió Reyes.

Platos esmerados.Para redondear el encanto, el carmen también cuenta con un servicio de cocina de excepción para sus residentes. Platos de corte moderno que son preparados y servidores por estudiantes de la propia UGR que cursan titulaciones relacionadas con la hostelería. Los menús, por cierto, no son nada caros para los tiempos que corren -siete euros- y, de hecho, los responsables del recinto se encuentran todos los días con algún grupo de turistas despistado que les preguntan si pueden comer en un edifico que llama la atención por su singularidad. «La mayoría se van contentos tras visitar este carmen e incluso recibimos muchas peticiones de parejas que desean hacerse aquí sus fotos de boda. Eso es precisamente lo que quiero, que los granadinos conozcan un recinto que forma parte de la historia de la ciudad», comentó la directora. El Carmen de la Victoria, que nació hace ya más de cinco siglos como un modesto huerto, se resiste a ser únicamente un lugar de disfrute para ilustres.
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