El profesor de la Universidad de Granada Javier Jordán considera que el deterioro operativo de Al Qaeda a la hora de atentar en Estados Unidos y Europa está conduciendo paulatinamente a su irrelevancia estratégica en el yihadismo global. La organización terrorista ya no posee la capacidad de repetir una operación tan compleja y devastadora como la del 11 de septiembre de 2001, y mucho menos dispone de recursos para matar a miles de ciudadanos por medio de un atentado con armas químicas, biológicas o nucleares. «Si se mantiene la tendencia actual, que probablemente se haya agudizado tras la muerte de Bin Laden –apunta Javier Jordán-, es muy difícil que el terrorismo yihadista pueda volver a alterar sustancialmente la política exterior de Estados Unidos y a conmocionar las relaciones internacionales».
Consciente de ello, el nuevo líder de Al Qaeda, Ayman Al Zawahiri está tratando de reflotar su figura y el perfil de la organización mediante un incremento vertiginoso en el número de sus comunicados, donde intenta adaptar el mensaje yihadista a las revueltas árabes. Sin embargo, Al Qaeda está sufriendo reveses significativos en la búsqueda de apoyo social. Diez años después del 11-S sigue contando con una importante masa crítica de simpatizantes, pero también se advierte la existencia de brechas entre el movimiento yihadista y sus potenciales bases de apoyo, según informa la UGR en un comunicado.
El experto en terrorismo yihadista cree que, a no ser que se produzca un ´cisne negro´ (un acontecimiento altamente improbable de gran impacto), «la tendencia apunta a un paulatino eclipse de Al Qaeda y del movimiento yihadista global, que tendrá mayor o menor intensidad según los escenarios geográficos». Actualmente las organizaciones situadas en Pakistán, Yemen y Somalia son las más robustas, y la de Yemen, en la Península Arábiga, la más peligrosa más allá de sus fronteras.