Concluye el plazo de alegaciones a la apertura de la fosa de Lorca
El plazo para la presentación de alegaciones para la exhumación de la fosa en la que supuestamente yacen los restos de Federico García Lorca, el maestro Dióscoro Galindo, y los banderilleros Francisco Galadí y Joaquín Arcollas, concluye hoy, según la resolución que publicó en el Boletín Oficial de la Junta de Andalucía (BOJA) la Consejería de Justicia y Administración Pública el pasado 24 de agosto.
Desde la Consejería optaron por no desvelar datos acerca de las alegaciones presentadas para mantener la privacidad de los que las han enviado, si bien fuentes de este departamento indicaron que ahora será un tribunal el encargado de evaluarlas para admitirlas o no. La consejera de Justicia, Begoña Álvarez, ya ha manifestado que la exhumación se llevará a cabo en otoño, y siempre respetando a los familiares de los enterrados partidarios del proceso y también a los que se muestran contrarios al mismo.
La familia de García Lorca, que había anunciado a través de la prensa que iba a emitir un comunicado para informar de su postura al respecto, se negó ayer a hacer declaraciones sobre una posible solicitud para evitar la apertura de la fosa de Alfacar.
Sin embargo, han sido numerosas las ocasiones en las que la sobrina del poeta, Laura García-Lorca, ha asegurado que respetarían las decisiones de las instancias judiciales, a pesar de estar en contra de la exhumación, al haberse convertido el lugar en el que se encuentra posiblemente el enterramiento en «sagrado» por encontrarse en él los restos de miles de víctimas de la Guerra Civil.
Más contundente fue Manuel Fernández-Montesinos, quien en el mes de octubre indicó que su familia barajaba emprender acciones legales para evitar la exhumación. «Sería una profanación, porque allí se ha creado un lugar sagrado y no en el sentido religioso, donde va gente porque el personaje, su obra, su vida o la tragedia les conmueven y allí se sientan y lo piensan o recitan», señaló entonces Fernández-Montesinos, que incidió en que no les «tiene que convencer el juez Garzón de que Franco y todos sus congéneres eran unos asesinos que han tenido un régimen que han hecho de este país el culo del mundo durante 40 años».
Laura García-Lorca ha manifestado su «temor» en varias ocasiones de que los trabajos se conviertan en un «circo mediático» y ha solicitado que éstos se desarrollen en la «intimidad», algo que ya ha garantizado el equipo de la Universidad de Granada (UGR) que se encargará de la prospección.
Quien sí ha presentado una alegación es la nieta biológica del maestro de Pulianas, Nieves Galindo, al entender que la exhumación se convertiría en un «circo mediático» y que no es necesario hacer más trámites, puesto que ya se sabe dónde está enterrado su abuelo.
La familia pide discreción. El hijo de Nieves Galindo, Raúl Guindal, informó ayer de que presentó la pasada semana una carta certificada con su solicitud para evitar la apertura, si bien prefirió no dar detalles de la misma para preservar la intimidad de su decisión. De la misma forma, la familia Galindo ha solicitado «discreción» a la Consejería de Justicia para que no facilite datos al respecto, y le ha pedido que, en caso de que la exhumación se hiciera efectiva, ésta se haga «con el mejor criterio posible» y de manera «íntima».
Fue Nieves García Catalán, acogida desde muy pequeña por los Galindo, la que había solicitado la apertura de la fosa a través de la Asociación Granadina para la Recuperación de la Memoria Histórica (Agrmh), que además representa a la familia del banderillero Francisco Galadí, que también yace, según los indicios, en la fosa de Alfacar. Joaquín Arcollas, el banderillero que se cree cuarto enterrado con Lorca, no dejó descendencia y nadie ha reclamado sus restos.
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