Expertos en antropología forense sostienen que las lesiones en los huesos determinan el tipo de violencia que sufrió la víctima
La especialidad de la antropóloga forense Temperance Brennan, protagonista de la serie televisiva ´Bones´, reside en su habilidad para descubrir pistas que hayan podido quedar en los restos óseos de la víctima. La ficción no está lejos de la realidad.
A día de hoy el estudio de las lesiones que aparecen en los restos óseos puede servir para determinar el tipo de violencia que sufrió la víctima, así como las torturas a las que fue sometida o si vivió arrestos en malas condiciones durante mucho tiempo.
Así lo detalló ayer el director del Instituto Canario de Bioantropología, Conrado Rodríguez, que participa en el V Curso Avanzado de Antropología Forense que se celebra en la Universidad de Granada (UGR) hasta el viernes con una conferencia sobre osteopatología de la violación de los derechos humanos.
Para poder efectuar estas investigaciones es necesario que las lesiones dejen huella en el hueso, marcas que pueden estar producidas por descargas eléctricas, cortes y, especialmente, fracturas debidas a golpes, entre otras causas.
«Los electroshock se marcan en el hueso porque se producen contracciones musculares muy fuertes y los músculos producen arrancamientos y luxaciones», explica Rodríguez, quien afirma que cada tipo de tortura se puede vincular a una zona geográfica, de forma que los cortes se dan con más frecuencia en África y en Centroamérica.
Este experto, que ha analizado restos de víctimas fallecidas durante la dictadura militar en Argentina, sostiene que las lesiones más frecuentes en este conflicto fueron las fracturas, los hematomas calcificados, las fisuras y señales propias «de personas arrestadas durante mucho tiempo y sometidas a torturas para obtener información».
Además, Rodríguez añade que el principal problema al que se enfrentan los especialistas en antropología forense es la conservación de los huesos, directamente relacionada con la zona en la que estuvieran enterrados ya que, por ejemplo, la humedad debilita los restos óseos.
«Si los huesos están bien conservados, la información que ofrecen es completa y pueden determinar si la lesión ocurrió antes de la muerte o incluso si fue la causa de ésta», asegura este especialista, que también se refiere a las dificultades que añade la seudopatología, que se produce cuando raíces, insectos o carnívoros producen marcas que pueden confundir al investigador.
No obstante, este experto recuerda que los estudios que efectúan son «diagnósticos de presunción», ya que no pueden ofrecer «certeza absoluta» de lo ocurrido con las víctimas si no se conoce el contexto histórico en el que se produjeron los hechos.
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