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La reforma paralizada abría la puerta a nuevas formas de voto

Victoriano Ramírez, catedrático de Matemática Aplicada de la Universidad de Granada y también experto en sistemas electorales, partió una lanza en favor de la ley asturiana respecto a la normativa electoral nacional. «En Asturias no es tan grave el problema, comparado con España; ni mucho menos», afirmó el matemático en su comparecencia ante la Junta General, donde calificó de «discordancia» la situación que se dio en Asturias en las autonómicas de 2011, cuando Foro ganó en número de escaños aunque había obtenido menos votos que el PSOE por el efecto de las tres circunscripciones. «La probabilidad cuando hay una sola circunscripción es cero, no puede darse ese caso jamás; cuando son dos ya puede ocurrir, cuando son tres, un poco más; cuando son 52, ocurre en todas las elecciones, como nos pasa en España. Entonces ése es un problema». También Bastida llegó a definir como «una esquizofrenia que no puede producirse» que pueda existir un sistema en el que «votando mayoritariamente a un partido, sin embargo le dé a otro partido más escaños».

El actual sistema electoral asturiano, además de propiciar sólo dos gobiernos de mayoría absoluta, evitó el bipartidismo en la Junta General. De las nueve legislaturas, en tres de ellas hubo tres partidos en el Hemiciclo mientras que en dos ocasiones ha habido cinco partidos y en cuatro legislaturas se sentaron diputados de cuatro formaciones distintas en los escaños del Parlamento autonómico.

La reforma de la ley Electoral, ahora paralizada por decisión del PSOE en su tramitación parlamentaria, planteaba, más allá del nuevo reparto de escaños entre las tres circunscripciones, novedades que abrían la puerta a otras formas de voto y a nuevas exigencias electorales: el voto electrónico para los asturianos residentes en el extranjero, la celebración de primarias, el desbloqueo de las listas con la posibilidad de plantear preferencias y la celebración de debates, entre otras.

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