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La matemática que ordena el universo

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La matemática que ordena el universo

John Mallet-Paret, durante su ponencia de ayer.

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Expertos de todo el mundo analizan en Gijón los sistemas dinámicos, la piedra filosofal de la evolución

Gijón,

David ORIHUELA

Las matemáticas son tan complejas o tan simples que pueden quedarse en pura teoría o explicarlo todo. Gijón acoge estos días la Escuela de Invierno «Recent Trends in Nonlinear Science», organizada por el grupo de sistemas dinámicos del departamento de Matemáticas de la Universidad de Oviedo. Un grupo de ochenta investigadores de todo el mundo analizan la complejidad de un universo en constante evolución, donde se replantean nuevos modelos y distintas fórmulas de resolver un gran número de fenómenos científicos.

Jesús Pérez del Río, uno de los responsables de la organización, resume el trabajo que desarrollan estos investigadores: «Se trata de obtener modelos matemáticos para la descripción de procesos que evolucionan con el tiempo». Partiendo de esa base, los procesos dinámicos pueden aplicarse a cualquier cosa. En Gijón no se pretende dar soluciones a cuestiones prácticas, sino sólo modelar la evolución, definir cómo progresan los procesos dinámicos. Luego los matemáticos ponen toda esa información al servicio de las otras ciencias.

Hablar de procesos dinámicos es en realidad hablar de prácticamente todo lo que ocurre en el universo. La vida misma es una evolución en el tiempo.

Las líneas de investigación que se analizan estos días en Gijón son complejas para el profano: «Sistemas dinámicos discretos, despliegue de singularidades, atractores extraños, campos polinomiales en el plano y complejidad dinámica por acoplamiento de sistemas». Algo complejo para llegar a cuestiones sencillas y prácticas.

Los organizadores -Jesús Pérez del Río, José Ángel Rodríguez, Belén García, Antonio Pumariño, Santiago Ibáñez y Fátima Dubri- han querido ofrecer a investigadores de todo el mundo la posibilidad de trabajar juntos e intercambiar ideas en Gijón. Los ponentes son reconocidas figuras entre los matemáticos de todo el mundo. Shui-Nee Chow, del Instituto Tecnológico de Georgia; John Mallet-Paret, de la Brown University de Road Island; Rafael Ortega, de la Universidad de Granada, y Edriss S. Titi, de la Universidad de California, son los ponentes que durante toda la semana darán a conocer las claves de sus investigaciones.

«Es una escuela de formación en la que participan investigadores jóvenes de todo el mundo y algunos veteranos que están interesados debido a sus ámbitos de trabajo», explica Pérez del Río.

Son ponencias y jornadas de trabajo muy teóricas, en las que «se llegarán a conclusiones matemáticas que servirán para perfeccionar las técnicas y ofrecerlas a otras ciencias». No se buscan soluciones mágicas, aunque los procesos dinámicos «sí se pueden aplicar a procesos fisiológicos», reconoce Del Río.

Los expertos apuntan que las matemáticas van, en muchas ocasiones, por delante del resto de las ciencias. En unos casos es bueno y en otras, no lo es tanto. Del Río afirma que las matemáticas «tienen herramientas mucho más potentes de lo que piensan las otras ramas de las ciencias». Eso les convierte a veces en incomprendidos cuando se plantea la relación de las matemáticas con el resto de las ciencias.

Los matemáticos no hacen más ni menos que ofrecer a otros científicos los números que dan respuesta a las preguntas que se plantean sobre la evolución de cualquier sistema a largo plazo.

Gijón es durante unos días el centro de estudio de todas estas cuestiones, y lo es en un entorno que ha cambiado mucho en los últimos años. Los investigadores matemáticos no necesitan grandes infraestructuras para su trabajo. Un ordenador y tiempo son suficientes. Eso ha propiciado que la investigación matemática evolucionase mucho en España en los últimos años. A eso se suma la cercanía de los investigadores franceses, de un altísimo nivel.

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