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La ecuación infinita

La ecuación infinita

Por la izquierda, Shui-Nee Chow, John Mallet-Paret, Edriss S. Titi, Rafael Ortega, Lluis Alsedà y Amadeu Delshams, ayer, en el campus gijonés.

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Los matemáticos Shui-Nee Chow, John Mallet-Paret, Rafael Ortega y Edriss S. Titi analizan junto a Luis Alsedà y Amadeu Delshams la actualidad de su ciencia

Gijón, David ORIHUELA

Las escuelas de Empresariales e Informática de Gijón son esta semana escenario de la «Escuela de Invierno Recent Trends in Nonlinear Science», organizada por profesores del departamento de Matemáticas de la Universidad de Oviedo. Las sesiones de trabajo se dividen en torno a tres grupos. El primero de ellos está formado por Shui-Nee Chow, del Instituto Tecnológico de Georgia, y John Mallet-Paret, de la Brown University de Road Island. Los otros dos seminarios los imparten Rafael Ortega, de la Universidad de Granada, y Edriss S. Titi, de la Universidad de California.

LA NUEVA ESPAÑA reunión ayer a los cuatro matemáticos en la Escuela de Ingeniería Técnica Informática. Chow, Mallet-Paret, Ortega y Titi estuvieron acompañados por Lluis Alsedà y Amadeu Delshams, coordinadores de la «Escuela de Invierno». Los seis repasaron el trabajo que desarrollan en Gijón y que consiste en buscar y analizar ecuaciones, modelos matemáticos para la descripción de procesos que evolucionan con el tiempo.

John Mallet-Paret, sentó las bases: «Las ecuaciones que nosotros planteamos no tienen sólo una aplicación, sino que pueden ser utilizadas con distintos fines en distintas disciplinas». Las investigaciones matemáticas que el profesor americano realiza junto a Shui-Nee Chow ya han sido aplicadas en cuestiones tan dispares como la ciencia de los materiales o en neurociencia. Son modelos de dimensiones infinitas, ecuaciones que se convierten en aplicaciones para otras ciencias.
Edriss Titi añade algunos ejemplos más. Las ecuaciones con las que él trabaja pasan de la entelequia a la realidad. El profesor de la Universidad de California contribuye con su trabajo «a comprender la dinámica de fluidos como las masas oceánicas, a elaborar predicciones meteorológicas, a la mezcla de pinturas o al estudio de turbulencias para el diseño de aviones». «La investigación está motivada por aplicaciones, pero propone problemas teóricos que a su vez sirven para crear nuevas aplicaciones», explica.
Rafael Ortega va de lo universal a lo concreto, o viceversa. El granadino afirma que trabaja con «cosas muy abstractas, pero que son muy reales». Un análisis casi filosófico que tiene su traducción, su aplicación palpable. Ortega mantiene que estudiar cómo se deforman los materiales, por ejemplo la plastilina, sirve para llegar a comprender cómo se mueven los planetas o incluso cómo se relacionan las especies animales, cómo compiten. De nuevo de lo concreto a lo abstracto: «Se trata de utilizar la intuición visual como un mecanismo para pensar».

Chow vuelve a ras de tierra. El profesor trabaja codo con codo con ecólogos, que no ecologistas, realizando un experimento en el parque de Yellowstone. Los científicos introducen lobos en el sistema del parque, un sistema que no es más que un proceso dinámico en el que los lobos pueden considerarse uno de los guarismos o incógnitas de una ecuación que pretende modelar la evolución de ese ecosistema. Chow entra así de lleno en el debate sobre la relación de las matemáticas con las otras ciencias. Un guante que recoge Titi para asegurar que «las matemáticas siempre han estado bien implantadas en campos como la física, pero ahora están entrando en otros como la biología o las ciencias sociales», este último es un mundo aún en mantillas para la matemática. Los expertos ponen sólo un ejemplo: las votaciones de unas elecciones son un sistema dinámico. A partir de ahí se abre un mundo de ecuaciones y sistemas por modelar.

La matemática está presente en la biología, las ciencias sociales, los ecosistemas, la astronomía, la mezcla de pinturas o las predicciones meteorológicas. ¿Hay algo que no se pueda explicar con una ecuación? Los expertos sonríen y Edriss Titi responde presto: «feelings» (sentimientos). En seguida surge otra pregunta: ¿y si los sentimientos responden a procesos neurológicos? Ésa es una de las claves de estos matemáticos. Una pregunta que responde a otra. Las matemáticas son una ciencia exacta, pero ¿son abiertas, queda algo por descubrir?

Cada ecuación plantea soluciones, pero también nuevos problemas. Amadeu Delshams responde: «No podemos saber si hay algo que no tenga una solución matemática». Ésa sería la gran ecuación.

La charla concluye con referencias a Isaac Asimov y parabienes a la organización y a la ciudad. En el aire han quedado números, hipótesis, tesis y hasta psicohistoria.

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