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Claret: «Alas y gente como él eran la tercera España, un puente que había que eliminar»

Claret: «Alas y gente como él eran la tercera España, un puente que había que eliminar»

Jaume Claret.

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El historiador dedica al rector un capítulo de su libro, que se publicará en octubre

E. F.-P.

«El atroz desmoche. La destrucción de la Universidad española por el franquismo» se publicará el próximo mes de octubre en Editorial Crítica y uno de sus capítulos estará dedicado a Oviedo. El rector Leopoldo Alas será su protagonista. El investigador catalán Jaume Claret, su autor, no tuvo acceso al expediente de su procesamiento y reconstruyó la historia a través de los libros de actas de la Universidad asturiana.

Esos documentos, explicó, dejan al descubierto «cómo se fue politizando el claustro y el silencio que se impuso a partir del 36. De Leopoldo Alas, tras su ejecución, sólo se guarda un pequeño papel, una nota que habla de la petición de su viuda para que se le abonara el sueldo que el rector había dejado de cobrar tras entrar en prisión».

Jaume Claret consultó, entre otros fondos, el Archivo General de la Administración y el Archivo General de Alcalá de Henares. Allí leyó las declaraciones de Carlos del Fresno, vicerrector, amigo personal de los dos Alas, padre e hijo, que, sin embargo y según el investigador, acató los hechos y acalló lo sucedido.

Claret intentó contactar con Francisco Javier Galera, un investigador de la Universidad Autónoma de Madrid que, en su tesis, reconstruyó todos aquellos hechos, pero nunca lo logró.

Leopoldo Alas no fue el único rector ejecutado durante la guerra civil. «Salvador Vila, rector de la Universidad de Granada, estaba veraneando en Salamanca. Desde allí se lo llevan a Granada para fusilarlo y con él a su mujer, una alemana judía, a la que hacen adjurar del judaísmo y que consigue salir de la cárcel gracias a Manuel de Falla. Claret menciona otro caso más, ya acabada la guerra, el de quien había sido rector de la Universidad de Valencia, Juan Peset Alexaindre.

El investigador tiene su propia tesis sobre el fusilamiento de Leopoldo Alas. «El régimen justificó la ejecución por ser alguien muy significado durante la República, pero hay hechos muy significativos: unos días antes de asesinarlo volaron la estatua de Clarín. Creo que quisieron cobrarse en el hijo el pecado del padre y de la izquierda moderada asturiana. Los sublevados convirtieron a los moderados en su objetivo, porque ellos eran el posible puente entre dos facciones muy enfrentadas: la izquierda radicalizada y la burguesía conservadora. Leopoldo Alas y la gente como él constituían la tercera España, a la que ambos bandos se oponían, un puente que eliminar».

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