Gobernador asegura que restos de Colón reposan en Santo Domingo
EFE
Aunque no quiere polémica, o eso dice, el gobernador del Faro a Colón de Santo Domingo, Andy Mieses, asegura con total convicción que los restos del almirante reposan en la capital dominicana y que, por supuesto, no están en Sevilla.
Alega que todas las pruebas históricas apuntan de manera clara a que los restos del navegante se hallan en la urna de plomo que preside el Faro a Colón, encontrada en 1877 en la catedral de Santo Domingo con la inscripción: Yllustre y Esdo, Varon Dn. Cristoval Colon.
El año pasado un equipo de investigadores de la Universidad de Granada, sur de España, solicitó al Gobierno dominicano analizar los restos de Cristóbal Colón que descansan en Santo Domingo.
Un viaje que finalmente se suspendió después de que el Gobierno dominicano supiera que el objetivo de la visita era realizar un estudio de ADN que determinase si los restos de Santo Domingo son realmente los del almirante.
Según explica Mieses, esa solicitud no se manejó ni con el rigor científico ni con la prudencia que cabía esperar.
Entendíamos que era más espectacularidad, más crear ruido que otra cosa, añade Mieses quien aclara que hasta el día de hoy el Gobierno dominicano no ha recibido ninguna solicitud de rigor de España para investigar los restos.
Antonio Lorente, director del Laboratorio de Identificación Genética de la Facultad de Medicina de Granada y que actualmente se encuentra analizando los supuestos restos de Colón hallados en la catedral de Sevilla, dijo recientemente que espera presentar los resultados definitivos el 20 de mayo de 2006 y que el próximo 12 de octubre dará a conocer un avance de los resultados.
Sin embargo, del otro lado del Atlántico, Mieses duda de que estas investigaciones arrojen datos definitivos.
La mayoría de historiadores coincide en que Cristóbal Colón murió el 20 de mayo de 1506 en Valladolid, y sus restos, siguiendo su deseo, fueron enterrados en lo que es hoy la República Dominicana.
Tras más de dos siglos reposando en Santo Domingo, en 1795, España cedió la isla a Francia, por lo que el Gobierno español rescató los restos del almirante, se los llevó a La Habana y, más tarde, a Sevilla.
Sin embargo, en 1877, trabajadores que reparaban la catedral de Santo Domingo desenterraron una urna de plomo con la famosa inscripción.
Desde entonces, las autoridades dominicanas juraron y perjuraron que los españoles, a su marcha de Santo Domingo, se llevaron la urna equivocada: la de su hijo Diego y la del delegado de la Santa Sede en Santo Domingo, un obispo italiano.
Para el gobernador del Faro a Colón, inaugurado en 1992 con motivo de la celebración del V Centenario del Descubrimiento, toda investigación de los restos pasa por un consenso sobre qué es lo que se quiere esclarecer y por la participación de una contraparte dominicana.
Aclara además que no sería ninguna gran debacle que los restos de Colón no se encuentren en el país, aunque casi a continuación asevera que sí, que no hay duda de que descansan en Santo Domingo.
Como todos los años, el próximo 12 de octubre, conocido como Día de la Hispanidad, Día de la Raza y también como Día del Exterminio, se abrirá en Santo Domingo la urna con los supuestos restos del almirante.
Para Mieses estos tres nombres son tres aspectos de un mismo día: La colonización trajo esclavitud y muchas lágrimas. Hubo muchas vejaciones y muchas humillaciones contra quienes habitaban estas tierras.
No podemos hacer un júbilo de la muerte, jamás, agregó el gobernador, para quien el Faro a Colón es un monumento para recordar la historia y aprender de los errores.
Es por eso que, concluye, el 12 de octubre no se celebra, sino que se conmemora.