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¿Dónde estás Cristóbal?

¿Dónde estás Cristóbal?

Los dominicanos juran que lo que los españoles se llevaron en el siglo XVIII desde Santo Domingo, fue en rigor la urna de un obispo y no la del célebre marino. Pero genetistas, mediante pruebas de ADN, aseguran que el Descubridor está en Sevilla. A 514 años de su epopeya, nadie sabe con certeza dónde está el Almirante.

Patricio Lazcano
La Nación

Conforme a la voluntad testamentaria del Almirante, los restos de Cristóbal Colón fueron trasladados a Santo Domingo, en República Dominicana, tras su muerte, ocurrida el 20 de mayo de 1506 en la ciudad española de Valladolid, una de las pocas certezas que se tienen sobre el navegante.

Sin embargo, en 1795, cuando Santo Domingo pasó al dominio de Francia, las autoridades españolas rescaraton sus huesos y los enviaron a La Habana, desde donde fueron enviados a Sevilla en 1898, cuando Cuba fue ocupada por los estadounidenses.

Desde esa fecha que los españoles juran que los restos del descubridor permanecen en la Península Ibérica.

Comienza el enredo

La historia se enreda en 1877, cuando en la Catedral de Santo Domingo se descubrió una urna de plomo con el nombre de Colón.

Se trataba de 13 huesos grandes, 28 pequeños y una bala de plomo. En la parte interior de la tapa, cincelada en caracteres góticos alemanes, se leía la inscripción “Yllustre y Esdo, Varon Dn. Cristoval Colon”.

Las autoridades dominicanas aseguraron que los españoles, a su marcha de Santo Domingo, se llevaron la urna equivocada, la de su hijo Diego y la del delegado de la Santa Sede en Santo Domingo, un obispo italiano. Desde ahí que dominicanos y españoles se disputan el honor de tan afamado féretro.

Para desmarañar el misterio, científicos de la Universidad de Granada encabezados por el profesor y genetista José Antonio Lorente, director del Laboratorio de Identificación Genética de dicha universidad, hicieron pruebas de ADN a los restos depositados en Sevilla, los que fueron comparados con los de su hermano, Diego, del que se sabía con certeza dónde estaban sus restos. Las pruebas -según los científicos- fueron concluyentes: Colón está en Sevilla.

“Ya no nos hacen falta” otros datos para decir que estos huesos son los del célebre navegante, aseguró Lorente, quien explicó que aunque los huesos de Sevilla analizados son sin lugar a dudas del Almirante, podrían no ser los únicos.

Por lo mismo, desde hace dos años, Lorente espera algún tipo de comunicación de las autoridades de la República Dominicana para poder analizar el ADN de los huesos conservados allí, que también pudieran pertenecer al hombre que llevó a los españoles hasta el Nuevo Mundo.

Pero hasta ahora no ha recibido respuesta positiva de los dominicanos, sino sólo vagas réplicas, acaso con la intención de no perder uno de sus más invaluables tesoros nacionales.

El estudio de los huesos de Santo Domingo permitiría completar la historia vital de un personaje envuelto en el misterio, en una leyenda que él mismo y su familia alimentaron durante siglos.

Vuelve a ser expuesto

Los dominicanos no quieren saber nada con los estudios de Lorente, al punto, y como ya es tradición todos los 12 de octubre, los supuestos restos que permanecen en una urna en el Faro a Colón, en Santo Domingo, serán expuestos al público mañana, como se viene haciendo desde 1992 para conmemorar el Día de la Hispanidad.

“La prueba histórica ha confirmado que los verdaderos restos de Cristóbal Colón son los que están en la urna de plomo que se encontró el 10 de septiembre 1877 debajo del piso de la Catedral de Santo Domingo”, aseguró el gobernador del Faro, Andy Mieses.

El funcionario sostiene que los restos de Colón “nunca han salido de esta isla” desde que la nuera del Almirante, la virreina María de Toledo, los trajera al país desde España en 1541.

El equipo de investigadores españoles, que intenta establecer desde hace varios años si los restos que permanecen en Sevilla corresponden al Almirante, quiso analizar los que se conservan en Santo Domingo, pero las autoridades dominicanas denegaron el permiso.

Tras publicarse los resultados de las investigaciones en Sevilla, el Ministerio de Cultura dominicano informó de que el Gobierno no se opone, en principio, a permitir un estudio de ADN de los restos que supuestamente se encuentran en el Faro a Colón, aunque dicho estudio requiere de un protocolo firmado entre España y el país.

El ministerio se sumó así a la posición de la Academia Dominicana de la Historia que recomienda actuar con “suma prudencia, tacto y sin premura” en este asunto.

Mieses aclaró que aunque el país no reconoce los resultados finales de los análisis del equipo investigador español, “respetamos toda iniciativa de cualquier persona que se sienta interesada en hacer una investigación de este tipo” porque, según su opinión, Colón “se debe a la universalidad”.

De lo que sí es consciente el funcionario es que toda la polémica surgida acerca del lugar exacto donde están enterrados los verdaderos restos del Almirante, se ha traducido en un aumento significativo de las personas que visitan el Faro a Colón.

“Indudablemente que toda esta polémica y todo este tipo de discusión en el mundo provoca curiosidad y hace que más dominicanos y extranjeros se interesen por conocer el lugar donde están los verdaderos restos de Colón”, argumentó.
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