– Medio millar de personas pide la absolución de Pàmies en Lleida
Medio millar de personas se manifestó ayer por las calles de Lleida a favor de una Catalunya libre de cultivos transgénicos y para pedir la absolución del activista agrario leridano Josep Pàmies, que hoy se enfrenta a 4 años de prisión y 50.000 euros de multa por una supuesta agresión a un guardia civil durante una acción antitransgénica en 2003. La acción, convocada por la Assemblea Pagesa, quiso promover además una iniciativa legislativa popular contra los cultivos transgénicos en Catalunya. Para ello esperan recoger 50.000 firmas de apoyo que presentarán al Parlament.
La marcha partió de la plaza Víctor Siurana, frente al edificio del Rectorat de la UdL, bajo los lemas Som lo que sembrem, trasngènics fora y Josep Pàmies Lliure.
La elección de salir de la UdL no fue casual, explicó el portavoz de la asociación Slow Food, Joan Inglada, que también se unió a la protesta: “Salimos de la Universidad para pedir una especialidad en agricultura ecológica, estudios que serían pioneros en la UdL”.
En este mismo sentido se expresó el catedrático de la Universidad de Granada José Luis Rosúa, titular de la Cátedra Unesco de Desarrollo Sostenible y Medio Ambiente, que se refirió al peso de los estudios de agrónomos en la UdL. “Lleida posee un importante entorno y tradición agrícola y esta universidad debería dedicar una línea de investigación y educación a la agricultura ecológica”, opinó el catedrático, quien añadió que desde su punto de vista Catalunya dispone de los recursos suficientes para nutrirse sin tener que recurrir a los productos transgénicos “que sólo tienen sentido para beneficiar los intereses de algunas multinacionales que quieren controlar el mercado de las semillas y los beneficios de los agricultores”.
Etiquetas claras
La protesta fue secundada también por los miembros de varias entidades ecologistas, como Greenpeace o Ipcena, y por algunas agrupaciones políticas. El responsable de antitransgénicos de Greenpeace, Juan Felipe Carrasco, explicó que el Estado español todavía carece de una ley de etiquetaje clara. Carrasco recordó que los productos que consumimos sólo están obligados a especificar en la etiqueta que contienen transgénicos si éstos son derivados directos. Pero en la etiqueta de los derivados indirectos, como podría ser la carne de un animal alimentado con pienso transgénico, no aparece esta información.
Según Carrasco, los escasos datos ofrecidos por el Gobierno indican que en 2006 la superficie dedicada a la agricultura transgénica en el Estado español era de 53.000 hectáreas, de las que un 30% se habría cultivado en Catalunya.
Rechazando este tipo de agricultura en tierras catalanas, los manifestantes llegaron ayer hasta la Subdelegación del Gobierno coreando lemas contra Monsanto –la principal multinacional que comercializa maíz transgénico– y pidiendo la dimisión de los consellers de Agricultura, Joaquim Llena, y de Medi Ambient, Francesc Baltasar.
Entre los asistentes, que aguantaron estoicamente un sol de justicia, no sólo había leridanos, sino también personas que se desplazaron de toda Catalunya, del Estado español e incluso de Europa para solidarizarse con Josep Pàmies. Tal fue el caso de Jürgen Binder, portavoz del grupo activista antitransgénico de Stuttgart Gendreck Weg, quien expresó frente a la Subdelegación el apoyo de los campesinos alemanes hacia Pàmies. “Si mañana condenan a Josep, haremos acciones de protesta frente a la embajada de España en Berlín para mostrar nuestro desacuerdo”, prometió el activista alemán.
Por su parte, Pàmies aseguró que no tiene miedo por el juicio de hoy en Lleida: “Si somos solidarios, tenemos que actuar con firmeza pero pacíficamente, como hemos hecho siempre”. El histórico activista declaró que espera que el juez reconozca en la vista oral de hoy que en su actuación el 13 de setiembre de 2003 “no hubo en absoluto violencia”.
Los miembros de la Assemblea Pagesa han convocado para las 9.30 horas de hoy otra protesta frente a los juzgados de Lleida.
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