Pensando en cómo el mercado le absorberá mucha gente considera pérdida el estudio de humanidades como la filosofía o la sociología y la vocación de estudiantes de estas ramas del conocimiento humano, espantada por amenazas de no encontrar empleo, requiere una reconsideración para impulsar e incluso privilegiar la formación de gente con un pensamiento analítico, ordenado y de soluciones profundas que en cualquier empresa sirven grandemente
Le expongo el punto: en los cargos de dirección, planeación y ejecución de proyectos políticos, económicos y sociales el perfil del filósofo es indispensable, pues los resultados que las personas con tal entrenamiento ofrecen pueden ir más allá de resolver puntos circunstanciales y proponerles resultados prácticos a estas personas no es complicado.
Según el Departamento de Filosofía de la Universidad de Granada, España, los egresados de filosofía se orientan hacia la docencia y la investigación, pero también hacia la gestión cultural -tanto en la difusión periodística como en el mundo editorial- y al asesoramiento de personas y grupos. Agregamos que igualmente se valora la capacidad de razonamiento lógico, la visión global y la claridad en el tratamiento de los problemas en la generalidad de los ámbitos de la actividad humana.
Si alguien estudia lo que le gusta persigue un afán bueno y sus resultados de vida deberían ser buenos también; mas este no es el caso frecuente. El problema de estudiar humanidades y no tener trabajo radica fundamentalmente no en la poca demanda, sino en las habilidades personales de quien esto estudia y luego venderá su talento. Una empresa exitosa necesita y confía en los filósofos.
Los patrones y paradigmas cambian y la gente que plantea la filosofía como alternativa en las organizaciones políticas y empresariales, por ejemplo, cuestión de mirar la clase de resultados que obtienen y la punta que significan en un esfuerzo personal capaz de servir a otros con perfil profesional similar. Hay un concepto interesante: el CEO (Chief Executive Officer), que es el funcionario de mayor nivel con capacidad de ejecución y no sólo parte de la junta directiva y si usted tiene la posibilidad de hablar con uno se da cuenta que toma decisiones diariamente gracias a su proceso de pensamiento y su capacidad de aplicación práctica a los intereses para los que sirve.
Olvidemos el denso hablar y las poses de intelectualidad de gente con carga significativa de frustración en el corazón y en la lengua. El proclamarse filósofo y enquistarse en las casas de estudio y presupuestos municipales, estatales o nacionales a través de una chamba o un proyecto no lo es todo y es nada comparado con las facultades prácticas que el proceso de pensamiento entrenado y nutrido puede significar persona por persona. ¿Le durmió la filosofía en la prepa? No se preocupe, también al profe. El amor al conocimiento es vocación del hombre y obligación humana, Dios proveerá a cada uno, pues hay la promesa de que buscando se encuentra.
Un proceso de pensamiento entrenado para reducir a conceptos en la mayor medida posible todo cuanto le es propuesto, podrá ofrecer cuestionamientos y escenarios con posibilidades profundas en la misión, la visión y los objetivos, así como las formas de reclutar, compensar y entrenar al personal en las empresas y también, muy interesante, en la forma en que se logran las ventas o los programas de acción. Considere conmigo: mantener las cosas simples es el éxito; pero como no es sencillo y aquí ayuda la percepción del filósofo.
¿De qué vas a vivir? Es la pregunta más frecuente para quien estima la filosofía como la materia de sus esfuerzos como estudiante y verá excelentes oportunidades de crecer si el sentido práctico no le abandona y cultiva las habilidades esenciales en sociedad, como una comunicación franca y eficiente que le permita conectar con las demás personas y vencer la aversión a las ventas que tanto daño ha hecho a tanta gente, entre algunas otras cosas igual de importantes como no juzgar a nadie por la simpleza de su pensamiento, palabras, obras y estilo de vida.
Al final la formación del filósofo con entrenamiento en cuestiones menos trascendentales como la productividad de un equipo de cobranza, de uno de ventas, de un departamento o división entero no es algo inalcanzable. En las empresas la consideración de perfiles así, aunque en tendencias y aficiones detectables en las entrevistas, ofrecen posibilidades buenas si se le dota a la persona del reto necesario. Un buen pensador es visible de inmediato.
Pienso, luego existo, dicen muchos. Dios es, decimos otros. Ahí está el mail. Dios le bendiga.
A su orden.
