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Denuncian a 39 jóvenes en el macrobotellón que congregó a 10.000 personas en Granada

Denuncian a 39 jóvenes en el macrobotellón que congregó a 10.000 personas en Granada

En Sevilla, un grupo de adolescentes se congregan fumando y bebiendo dentro de una gasolinera

Estrella Digital/Agencias

Madrid
Unos diez mil jóvenes, según la Policía Local, se congregaron el pasado jueves en el macrobotellón celebrado en el centro de Granada, en el que se interpusieron 39 denuncias por vulnerar la ordenanza municipal de limpieza, una de ellas de 3.000 euros por venta de alcohol a menores. Entre los denunciados figuran dos jóvenes que fueron detenidos por arrojar objetos contra varios agentes en la Plaza de San Agustín. Mientras, la Estación de Servicio La Raza de Sevilla ha presentado una denuncia por no desalojar a los jóvenes que se concentraron el jueves en sus instalaciones para hacer un macrobotellón.

En Granada, el macrobotellón arrancó por la tarde del jueves en la Plaza Luis Rosales, en pleno centro histórico de Granada, y continuó hacia la Plaza de San Agustín, después hacia las plazas de Alonso Cano y de la Universidad, para concluir en la calle María Moliner, bien entrada la noche.

En rueda de prensa, el portavoz del Gobierno Local, Luis García Royo, reconoció ayer que el Ayuntamiento está aprovechando la aplicación de la normativa de limpieza para frenar los botellones, a la espera de que la Junta apruebe la Ley que regulará este fenómeno.

Se trata de evitar las molestias que pueda ocasionar el botellón y que éste se traslade de lo que hasta ahora era habitual, los fines de semana, a toda la semana, como está ocurriendo últimamente. Alabó el excepcional comportamiento que, tanto en el botellón del jueves como en el de ayer, tuvo la Policía Local, así como los propios jóvenes.

Conato de agresión

En este sentido, explicó que salvo el conato de agresión protagonizado por los dos detenidos, aseguró que los jóvenes siguieron las instrucciones de los policías desplegados para controlar la concentración.

Respecto a las críticas lanzadas ayer por la delegada del Gobierno andaluz en Granada, Teresa Jiménez, que acusó al Ayuntamiento de fomentar el botellón, el edil la emplazó a trasladar esta acusación también al Ayuntamiento de Sevilla, gobernado por el PSOE, donde, al contrario que en Granada, sí hubo incidentes en el botellón que registró la ciudad.

Por otra parte, García Royo denunció la escasa colaboración prestada por la Universidad de Granada para combatir este fenómeno, teniendo en cuenta que la gran mayoría de los que participan en los botellones son estudiantes universitarios.

Responsables universitarios

Lamentó que los responsables universitarios, antes que ayudar, optaran por cerrar a cal y canto las instalaciones de la Universidad, sobre todo el Campus de Fuente Nueva, donde se instalaron vallas que impedían el acceso a la zona.

El edil consideró curioso que, recientemente, la Universidad de Granada estuviera dispuesta a ceder al Ayuntamiento las calles conocidas como Paseillos Universitarios de Fuente Nueva, patrimonio de la institución académica, para lo que formularon una petición al Consistorio en este sentido.

Sin embargo, como vieron que eso podía facilitar algo las cosas al Ayuntamiento en relación con el botellon, archivaron la petición y nos contestaron con esas vallas que han puesto, aseguró García Royo.

En una gasolinera

Por su parte, la Estación de Servicio La Raza, ubicada en la Avenida de la Raza de Sevilla, ha presentado una denuncia en las dependencias de la Policía Local contra el Ayuntamiento de la ciudad por no desalojar a los jóvenes concentrados el pasado jueves en el macrobotellón, que invadieron el recinto.

En la denuncia, la empresa explica que sobre las 15.30 horas, en presencia de la Policía Local y Nacional, comenzaron a concentrarse jóvenes fumando y bebiendo dentro del recinto de la propia gasolinera con el consiguiente peligro que ello conlleva.

Así, asegura que el número de personas fue aumentando a lo largo del día, de forma que dicha estación llegó a estar invadida por cientos de personas, no siendo posible dar servicio en la misma, además de que el tráfico estaba cortado en este tramo de la avenida.

En esta línea, el denunciante insiste en que las personas concentradas en el interior del recinto fuman y efectúan llamadas telefónicas desde sus móviles sobre los mismos surtidores de venta de carburantes a pesar de las advertencias de los empleados de que era peligroso.
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