EgiptoCancer Un equipo científico multidisciplinario de España, en el que participan las universidades de Granada (UGR) y Jaén (UJA), halló en la Necrópolis de Qubbet el-Hawa (situada en la región egipcia de Asuán) los restos del cáncer de mama más antiguo del que se tiene constancia.
Se trata del esqueleto de una mujer de entre 30 y 40 años, de una altura de 1.62 metros, que murió por esta enfermedad en torno al año 2200 a.C., y cuyo cuerpo estuvo momificado.
El análisis de los restos hallados en la Necrópolis de Qubbet el-Hawa, cuya séptima campaña de excavación se inició el pasado mes de enero, reveló que además sufrió osteoporosis avanzafa y permaneció mucho tiempo inmóvil, lo que revela un delicado estado de salud debido a la metástasis.
El director del Laboratorio de Antropología de la Universidad de Granada, Miguel Botella López, explicó que el análisis de los restos hallados «demuestra que los habitantes del Antiguo Egipto vivían mucho peor de lo que nos podrían indicar sus grandes monumentos, y padecían numerosas enfermedades infecciosas que mermaban su esperanza de vida».
No en vano, el equipo de antropólogos que ha participado en esta excavación, en el que también se encontraba el investigador de la UGR Ángel Rubio, identificó en las momias de la Necrópolis muchas enfermedades infecciosas (como brucelosis o fiebre de Malta); marcas de violencia; tumores; enfermedades degenerativas (artrosis) y anquilosis de miembros. «Debido a estos procesos infecciosos, la mitad de la población egipcia moría antes de cumplir los 5 años», ha indicado Botella.
Aunque la tumba QH33 de la Necrópolis de Qubbet el-Hawa fue descubierta en el siglo XIX y ha sido excavada en numerosas ocasiones, los restos hallados por los investigadores del equipo que dirige el doctor en Historia Antigua de la Universidad de Jaén, Alejandro Jiménez, «son completamente novedosos, se encuentran en un notable estado de conservación y han sido investigados por primera vez».
Miguel Botella ha explicado que, hasta la fecha, la noticia más antigua del cáncer de mama que se conocía databa del año 1600 a.C., es decir, 600 años después del que encontrarondo en esta excavación.
«Además, esta enfermedad aparece descrita en el conocido Papiro Smith, pero hasta ahora no se ha podido disponer de la evidencia. Nuestro hallazgo nos ha permitido disponer de ella en forma del esqueleto completo de una mujer, de época aún más antigua (hace 4200 años), que ahora estudiaremos minuciosamente».