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‘Ysíes’ y ‘Siyoyas’

OPINIÓN
TRIBUNA
Ysíes y Siyoyas
OSÉ ANTONIO LORENTE ACOSTA/PROFESOR TITULAR DE MEDICINA LEGAL DE LA UNIVERSIDAD DE GRANADA
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Los seres racionales, como algunos de los humanos, tienden a clasificar las cosas complejas para facilitar su análisis y estudio. Surgen así diversas clasificaciones, muchas útiles, otras inútiles o de dudosa valía, pero ahí están todas. Buenos y malos, altos y bajos, rubios y morenos, sanos y enfermos, fumadores y ex fumadores, etc. todos nosotros entramos en un lado o en el otro, o en varios a la vez.

La complejidad del estudio del comportamiento de los grupos humanos, y su posterior clasificación particular, es difícil. Por ello, en vez de clasificaciones individuales, encajan mejor las grupales. Y algunos de estos grupos, radicalizados en ciertas actitudes, conforman lo que yo llamo tribus.

Se supone que la humanidad avanza, aunque a veces los supuestos avances son simples cambios, movimientos circulares que con el paso del tiempo nos retrotraen al lugar de origen. Sin embargo, si queremos que realmente los cambios sean todos verdaderos avances, hay que tomar la iniciativa, hay que dar un paso para adelante, soñar y arriesgarse.

Lo que pasa es que esto de soñar está bien, pero lo de arriesgarse, no tanto. Surgen así, casi sistemáticamente y cual fenómeno evolutivo, dos especies de grupos tribales en los que se posiciona gran parte de la ciudadanía, y que como observador minucioso que trato de ser por mi formación y trabajo, siempre me han llamado la atención por su capacidad de acomodo a posteriori.

Por un lado, aquellos que temerosos del avance, sólo prevén catástrofes y riesgos ante los cambios. Conforman el núcleo central de la reaccionaria tribu de los Ysíes los que piensan o dicen: y si esto no es bueno, y si esto es malo, y si aquello no es lo que parece, y si: ysíes. Esto ha originado a lo largo de la historia, en países como el nuestro, atrasos insalvables por comparación con países de nuestro entorno.

Con el tiempo, cuando no pasa nada -o cuando se cree que no pasa nada- la mayoría de los ysíes sufren una lenta pero sustancial metamorfosis y se convierten en siyoyas. Tan populosa tribu está compuesta por antiguos ysíes, que ahora exclaman: si yo ya sabía que esto era bueno, si yo ya te había dicho, si yo ya pensaba que no podía ser malo, si yo ya: siyoyas.

Cuado alguien arriesga en un tema en el que la mayoría tenían dudas, los cobardes ysíes se convierten en presuntuosos siyoyas. En casi todos los grandes temas tenemos ysíes y siyoyas, conversos y aduladores, listos y listillos, gente que cuando las cosas están hechas las apoyan o aplauden, pero antes y mientras tanto las critican y entorpecen.

No se puede decir que Granada sea el paradigma de los emprendedores, sin embargo en próximas fechas vamos a tener, de hecho ya los estamos teniendo, cambios sustanciales en su modelo de desarrollo, que nos favorecerán a todos a corto y medio plazo. Mi amigo Pepe Prados elogiaba en estas mismas páginas la labor del Presidente de la Diputación, Sr. Caler, a lo que obviamente me uno, y yo me veo en la obligación de animar a todos cuantos dudan de sus capacidades personales o incluso a los que dudan de las capacidades de la Ciudad de Granada en su conjunto.

Agradables sorpresas habrá a corto plazo en temas relacionados con el Parque Tecnológico de Ciencias de la Salud, con el turismo y con las infraestructuras. El que tenga que hacer algo, este es el momento de arriesgar, de trabajar todos conjuntamente, por nuestra Ciudad, por nuestra provincia, hasta por España y por la Humanidad, si se quiere y como dice el himno andaluz.

Necesitamos emprendedores y gente valiente, con centrada ilusión, no más ysíes ni siyoyas que no dejan de ser cambios metamorfósicos, lamentablemente reversibles, de especias que hacen que el mundo se mantenga, mas no que el mismo avance.

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