Vélez diseña su propio Generalife como empuje del turismo y la economía.
Esta localidad, que perdió parte de sus tierras por la autovía y Rules, espera renacer con su Jardín Nazarí En verano comenzará a restaurarse para ser punto de encuentro entre la Alpujarra, Lecrín y la Costa.
PUERTOS I 5 I El director de Marina del Este arremete contra la Junta por no resolver los problemas de la dársena deportiva Vélez de Benaudalla se siente tan afortunada como el típico sobrino lejano al que una herencia le cambia el curso de los días casi sin esperarlo. A esta localidad se le ha encendido la bombilla más brillante y ha decidido aprovechar su patrimonio para darse a conocer en el mundo entero, para ser destino de los turistas más exigentes, para aparecer en las páginas privilegiadas de las guías que llevan muchas fotos.
El municipio veleño restaurará el Jardín Nazarí que le dejó un lugareño del siglo XIV en una de las calles del pueblo. Este conjunto histórico, declarado Bien de Interés Cultural, será rehabilitado para volver a lucir el encanto que en su día sedujo a los caprichosos dueños de tan valiosa joya.
A pesar de que conserva su estructura y muchos de sus elementos, el Jardín está abandonado e incluso retocado -no con demasiado gusto- por la mano moderna del hombre.
Ahora, por fin, después de 15 años de estudio y cuatro proyectos, comenzará a restaurarse. Será este verano cuando arranque la primera fase que constará de la renovación del Jardín, con un exhaustivo y bello diseño y la realización de catas arqueológicas con el fin de encontrar cerámica y elementos que ayuden a datar el conjunto con más precisión que la actual. Las obras de este primer trozo del proyecto tardarán más o menos un año. Después el Jardín se abrirá para que pueda ser visitado, según explica la alcaldesa de esta localidad, Pilar Peramos. Más tarde, vendrá la segunda fase de las obras, que consistirá en restaurar la casa que completa este entorno histórico, que se convertirá en un centro de estudios sobre la cultura nazarí «con convenios con la Universidad de Granada para organizar cursos sobre arqueología, botánica, música, lengua…», explica la primera edil veleña.
Malos tiempos
Así, Vélez de Benaudalla que no ha pasado buenos tiempos tras la cesión de parte de sus tierras a la autovía o a la presa de Rules, confía en levantar cabeza y llevarla bien alta, por la belleza y la utilidad de su propio Generalife-chico o de la Costa, como le suelen llamar-, aunque la alcaldesa insista en que «es más bonito todavía».
«Vélez, gracias a la casa de la cultura nazarí y al Jardín se convertirá en punto de encuentro de tres comarcas: la Costa, la Alpujarra y el Valle de Lecrín», apunta Pilar Peramos, esperanzada.
Para financiar este resorte de su economía confía en que desde el Gobierno central se acuerden de su pueblo «y nos aporten ayudas de ese 1% que se reparte entre los municipios que padecen las obras públicas y que quieren invertir en patrimonio».
Vélez espera que su Jardín Nazarí sea el revulsivo que les haga salir del pequeño bache y que les convierta en un municipio con mucho encanto para los que busquen belleza, cultura, tranquilidad…
Además, según la alcaldesa, están dibujando un plan general «teniendo en cuenta el desarrollo alrededor de los monumentos, del Jardín, de la vega. Se construirá un gran bulevar que será como nuestro particular paseo marítimo con vistas al Guadalfeo», apunta. El resto lo harán las fuentes, los cipreses, las flores, y los rincones mágicos que pronto ofrecerá el renovado Jardín Nazarí.
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