Inicio / Historico

Un nuevo sistema de radioterapia disminuye la irradiación en las zonas sanas

Investigadores de la Universidad de Granada y del Hospital Universitario Virgen de las Nieves han desarrollado un nuevo sistema de radioterapia mucho menos tóxica que el que se emplea en la actualidad, que permite dirigir la radiación a aquellas zonas cuyas células se encuentran afectadas por cáncer.
Los científicos han desarrollado un protocolo de tratamiento para demostrar que en los cánceres de cavidad oral y faringe, que tras intervención quirúrgica tienen que ser tratados con radioterapia y quimioterapia postoperatoria por el alto riesgo de reproducción, es posible disminuir de forma apreciable la intensidad del tratamiento sin reducir su eficacia.
Según ha informado la Universidad, se trata de un proyecto de investigación en el que participaron ochenta pacientes diagnosticados de cáncer epidermoide de cavidad oral y faringe, entre los años 2005 y 2008, a los que se les extirpó tanto el tumor como los ganglios sobre los que éste se había extendido a través del cuello.
Los ganglios afectados se localizaron con exactitud por el cirujano en el momento de la intervención y fueron clasificados en diferentes niveles, permitiendo adaptar la radioterapia con precisión sólo a las áreas con mayor peligro de recidivar, evitando de este modo irradiar zonas del cuello con bajo riesgo de contener células tumorales residuales.
De este modo, consiguieron por una parte que la alta toxicidad esperable en forma de úlceras, dolor e imposibilidad para alimentarse disminuyera y por otra evitar tener que interrumpir los tratamientos, con la consiguiente pérdida de efectividad.
Más del 70 % de los cánceres orales y de faringe que son intervenidos necesitan completar el tratamiento con radioterapia asociada en ocasiones a quimioterapia, por el alto riesgo de recidivar y propagarse a través de los ganglios del cuello.
Estos tratamientos son tremendamente tóxicos, sobre todo por la ulceración de las mucosas que recubren la boca y la faringe y que conlleva que muchos pacientes interrumpan o no puedan finalizar el tratamiento previsto con el consiguiente sufrimiento y disminución significativa de las posibilidades de curación.
Gracias al mapa de riesgo obtenido por la colaboración del cirujano y el patólogo, en cada paciente que participó en el estudio se diseñó un tratamiento personalizado y ajustado al riesgo específico que cada zona operada del cuello presenta.
El volumen de tejido que es necesario irradiar se reduce de manera significativa con respecto al tratado de manera rutinaria hasta la fecha.
Descargar