VIVIR
Un método detecta si un infectado se contagió en los últimos 6 meses
IDEAL/GRANADA
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El sida sigue siendo uno de los temas prioritarios de la agenda científica internacional. En este sentido, el grupo de investigación Virus de transmisión hemática de la Universidad de Granada (UGR), encuadrado dentro de la Red de Investigación en Sida, participa en un proyecto coordinado desde Barcelona e integrado por 32 centros nacionales. Este importante grupo se centra en desarrollar un algoritmo que permitirá predecir si el portador del virus fue contagiado antes o después de seis meses.
Hoy por hoy, no hay ninguna metodología similar y, por tanto, esta red permitirá hacer una sistematización de los nuevos contagios y, así, valorar el patrón epidemiológico y las vías de transmisión de las personas que se infectan actualmente en nuestro país.
En este sentido, la Universidad de Granada aplica unas técnicas que comprueban «la avidez que tienen los anticuerpos para interactuar con los antígenos del VIH -virus de inmunodeficiencia adquirida que provoca la enfermedad del Sida-», señala la doctora Carmen Bernal Zamora, promotora de estas investigaciones en la UGR.
Reducir la espera
Otros trabajos que lleva a cabo la doctora Bernal están relacionados con la disminución del tiempo de espera para obtener un diagnóstico fiable. En la actualidad, a alguien que quiera saber si está infectado por el VIH se le recomienda que espere dos meses después del último contacto de riesgo: una relación sexual sin protección, el uso de una jeringuilla usada anteriormente por otra persona, etcétera.
Sin embargo, actualmente se implantan técnicas que permiten acortar el tiempo para realizar un diagnóstico entre cuatro y seis semanas después de la infección. Según Bernal, se ha conseguido gracias a la utilización de técnicas que permiten detectar a la vez los anticuerpos y los antígenos que el organismo crea tras el contacto con el VIH.
Dentro de esta misma red, el doctor de la UGR Federico García trabaja en resistencia al tratamiento VIH. Pretende comprobar si el virus tiene alguna mutación en su secuencia y si condiciona que sea resistente a un fármaco en concreto. Con ello, se puede saber si un aumento de la carga viral se debe a un fracaso terapéutico para cambiar el tratamiento. Estos estudios son muy importantes en un momento en que la sociedad ha generado falsas expectativas sobre una posible vacuna que tardará en llegar.