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Un meteorito ‘recae’en Colomera

Provincia-Granada
Un meteorito recaeen Colomera
La piedra extraterrestre que aterrizó hace un siglo en la localidad granadina va a ser expuesta allí por primera vez

17.07.08 – A. MANSILLA Y C. MORÁN
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ORGULLO. La edil de Cultura, con la roca espacial. / A. MANSILLAEn 1912 -otras fuentes dicen que fue en 1917-, un vecino de la pequeña localidad de Colomera descubrió un extraño pedrusco negro en una casa que estaba en obras. El objeto estaba enterrado a un metro de profundidad, entre cascotes. Nadie sabía de dónde había salido. Fue después de una riada, en la calle Arco del Horno. Casi dos décadas más tarde, el misterio quedó aclarado: la piedra había caído del cielo, era un meteorito, un viajero espacial cuyo periplo acabó abruptamente cuando chocó contra la Tierra.

Antes de que los expertos sentaran cátedra sobre el origen de la piedra, las buenas gentes de Colomera usaban el pedazo de cosmos para criar bíceps. La roca pesaba 134 kilogramos. No era tarea fácil despegarla del suelo. Era una especie de reto para los mozos del pueblo. El pedrusco había alcanzado una notable popularidad, pero sólo en Colomera. Nadie podía imaginar entonces que aquel mineral negruzco acabaría por tener fama internacional. «Está considerado como el segundo más importante del mundo», dice la concejal de Cultura, Olivia Martínez de la Torre.

La edil, que también es teniente de alcalde de Colomera, ha capitaneado con éxito una iniciativa para que el célebre meteorito volviera a casa y pudiera ser contemplado por sus vecinos -los de Olivia y de la roca-. El aerolito ya está en el pueblo. Es la primera vez que va a ser expuesto allí. Todo un hito para la corporación municipal. «Para nosotros es un orgullo que nuestros jóvenes puedan verlo y sepan de su relevancia científica», indica Martínez de la Torre.

La piedra extraterrestre ha sido cedida temporalmente por el Museo Nacional de Ciencias Naturales, que está en Madrid. Allí ha estado depositado desde la década de los años treinta del siglo pasado. Según cuentan las crónicas, el aerolito llegó allí después de que un alumno de la Facultad de Químicas de Granada, llamado Julio Mateos, y dos de sus profesores, Dorronsoro y Moreno García, establecieran la procedencia alienígena de la piedra.

La ficha de catalogación de la roca que existe en el archivo del Museo Nacional de Ciencias Naturales dice así: «Se ha recibido, por mediación de don José Dorronsoro, catedrático de la Facultad de Farmacia de la Universidad de Granada, un ejemplar de meteorito de 134 kilogramos aproximadamente, propiedad de don Antonio Pontes, practicante y vecino de Almuñécar, que lo cede en calidad de depósito, pero siempre a disposición de su dueño, que podrá retirarlo cuando lo estime conveniente». Al parecer, don Antonio nunca lo reclamó.

Cuenta la concejal de Cultura que el culpable de que el mineral llegase a manos de los especialistas de Granada fue Diego José Casimiro Pedro de la Purísima Concepción Varela y Romero, más conocido por su apodo: El Andarín de Colomera. Este don Diego es, junto al propio meteorito, una de las principales glorias de la localidad granadina.

Como su propio alias indica, El Andarín fue célebre por las desorbitadas caminatas que se pegaba. A diario, recorría unos cuarenta kilómetros campo a través. Así que un buen día debió de alargarse hasta Granada y dio noticia del meteorito.

Sea como fuere, la piedra espacial ha vuelto a casa. Bueno, a su casa terrestre. Porque por ahí arriba, entre las estrellas, tiene que tener otra. Llega un tanto mutilada -ya no pesa 134 kilos-, porque, dado su interés científico, algunos trozos han sido donados a otros museos.

Aún así, y pese a haber cumplido ya más de un siglo -y eso sólo hablando de su vida terráquea-, se conserva muy bien.

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