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Psicólogos de la UGR quieren certificar que el juego engancha igual que las drogas

GRANADA
Psicólogos de la UGR quieren certificar que el juego engancha igual que las drogas
Los científicos de la Universidad entrevistan a 64 ludópatas para intentar constatar que padecen una adicción idéntica a una toxicomanía
R. I./GRANADA

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El juego es una actividad no una sustancia estupefaciente. No se ingiere y, sin embargo, puede generar la misma adicción que un narcótico. Psicólogos de la Universidad de Granada (UGR) tienen abierta una investigación para intentar certificar que el juego engancha igual que la cocaína o la heroína.

El estudio, dirigido por el profesor José María Salinas, estará terminado a finales del próximo mes de septiembre, pero ya hay datos que vendrían avalar la hipótesis de partida: los ludópatas «no muestran más impulsividad que la población en general sino que más bien su problema responde a una situación de adicción comparable a la que se experimenta» con las drogas, según se especifica en una nota hecha pública por al UGR.

Los investigadores creen que el placer que recibe el ludópata al jugar es idéntico al que logra alguien que consume una droga.

Diagnóstico

Al mismo tiempo, el equipo de Salinas está desarrollando un método diagnóstico para determinar si una persona es adicta al juego. El engaño a la familia, la ocultación de la condición de jugador, la preocupación por el juego o la pérdida de relaciones personales, trabajo u oportunidades educativas o laborales son algunas de las señales inequívocas que alertan sobre la existencia de una ludopatía, según Salinas que trabaja en colaboración con la Federación Andaluza de Jugadores en Rehabilitación (Fajer).

Según el profesor del departamento de Psicología Social y Metodología de la Universidad de Granada, en la actualidad hay «más de más de medio millón de personas que son adictas al juego y que necesitan tratamiento para poder abandonar esta adicción que les fuerza de forma persistente y progresiva a jugar, hasta acabar en una dependencia emocional respecto del juego que afecta de forma negativa a su vida personal, familiar y profesional».

Una forma de solucionar este problema es «detectar a tiempo el problema» por eso es tan importante «el desarrollo de un buen método de diagnóstico», asevera el profesor.

El proyecto, que comenzó en 1999, ha consistido en la elaboración de un cuestionario, cuyas respuestas permiten a los profesionales de este campo determinar la existencia de la dependencia en el paciente. Para elaborar correctamente las preguntas, el equipo de científicos se ha basado en los resultados de un estudio previo realizado en una muestra de 64 jugadores en proceso de rehabilitación comparando sus respuestas con las de una muestra de 140 sujetos de la población general.

Los síntomas

Entre los síntomas que apuntaron el 80% de los entrevistados destacan el engaño a la familia y la ocultación de la condición de jugador como elementos claves de un problema de juego. La necesidad de recuperar el dinero después de haberlo perdido, los problemas familiares o la obsesión por seguir jugando son otras de las características que los afectados por un problema de juego patológico apuntan como señales de la enfermedad.

A partir de estos datos, desarrollaron las cincuenta preguntas del cuestionario de diagnóstico. Entre ellas destacan: ¿Los pensamientos sobre el juego no te dejan concentrarte en tu trabajo o en labores como la lectura o la resolución de cuestiones de la familia?; Cuando juegas, ¿te empeñas en seguir jugando hasta que ganas?; ¿Te has sentido alguna vez culpable por jugar o por lo que te ocurre cuando juegas? o ¿Juegas para olvidar o sobrellevar tu triste vida?

El cuestionario cuenta con una edición digital reducida a la que pueden acceder y de la que se pueden beneficiar, previo permiso, a través de la dirección www.ugr.es/local/jsalinas.

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