TRIBUNA
Primer centenario del Seminario de Maestros del Ave María (1905-2005)
JOSÉ MONTERO VIVES/
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EN octubre de 1905, cuando habían trascurrido tres lustros de la fundación de las Escuelas del Ave María, obra eminentemente social y educativa, iniciada en 1889, por el catedrático de Derecho eclesiástico en la Universidad de Granada, Andrés Manjón iniciaba una nueva singladura: la fundación de un Seminario de Maestros. Las Escuelas del Ave María fueron la respuesta a un grave problema social: el analfabetismo imperante en la depauperada España decimonónica. Fue una obra de regeneración. El fundador de las Escuelas del Ave María, basándose en los datos aportados por el que fuera Rector de la Universidad granatense, Eduardo García Solá, en su obrita titulada La enseñanza primaria en España, nos ofrecía unos datos verdaderamente aterradores: en el censo de 1897 constaba que el 68 % de los españoles eran analfabetos; en Andalucía, el 71,59 %, y en Granada, el 82,22 %.
Andrés Manjón, gran patriota y cristiano coherente, en 1905, había abierto ya en Granada, tres colegios (Sacromonte, 1889; Triunfo, 1900; Quinta Alegre [actual Avenida de Cervantes], 1901), que acogían a más de 2000 niños de los barrios más pobres de la ciudad, y ya había comenzado a difundir estas escuelas por ciudades y pueblos de toda la geografía española.
El P. Manjón, hombre inteligente, activo y profundamente religioso, quiso romper con los moldes pedagógicos clásicos de la rutinaria pedagogía de su tiempo y orientó su acción educativa por nuevos derroteros: una escuela activa, frente al memorismo estéril imperante en su época; una enseñanza lúdica, frente al criterio de «la letra con sangre entra»; una escuela al aire libre, frente a las lúgubres aulas que servían de escuela; una escuela basada en el amor, frente al distanciamiento existente entre el maestro y el alumno. Y lo que era también fundamental para él, frente al fundamentalismo ateo que imperaba en aquella época -y que ahora impera de nuevo en la sociedad- quería una escuela una escuela basada en el teocentrismo cristiano, el único capaz de construir «hombres cabales»: amantes de la justicia, la igualdad, la entrega generosa al servicio de los demás, la paz verdadera. Quería él formar un nuevo tipo de maestro para aquel nuevo tipo de escuela.
Para dar a conocer esta obra realizada en Granada, hace ahora justamente cien años, el Patronato de las Escuelas del Ave María ha organizado un ciclo de conferencias, que tendrá lugar en el salón de Actos de la Delegación de Gobierno de la Junta de Andalucía (antigua Escuela Normal Andrés Manjón), Gran Vía, 56.
Para crear un nuevo estilo de educador encontró en D. Enrique González Carrillo un eficaz colaborador y con él empezó su Seminario de Maestros en octubre de 1905. De este tema hablará Andrés Palma Valenzuela el día 13 de octubre de 2005, a las siete de la tarde, teniendo como base histórica su documentada tesis doctoral y su obra recién publicada Maestros avemarianos: identidad y memoria.
El viernes, también a las siete de la tarde, el doctor Diego Collado Fernández tratará sobre el tema ¿Hay lugar todavía para la educación en la escuela? Propuesta de educación integral. Era la meta que se propuso el catedrático de Derecho al crear sus escuelas: formar hombres cabales.
El sábado por la mañana, a las once, para dejar libre la tarde, intervendrá el catedrático de Filosofía de la educación Enrique Gervilla Castillo, quien expondrá un tema candente: Identidad de los centros confesionales en una sociedad plural. Se terminará con la actuación del coro infantil de las Escuelas del Ave María, dirigido por Encarnación Rodríguez.
El actual Patronato de las Escuelas del Ave María quiere celebrar este centenario con una fidelidad creativa: Nova et vetera. No se trata de lanzar, con nostalgia, una mirada retrospectiva, sino teniendo presenta al situación actual, intuir, con ilusión, el futuro que tenemos que construir. Se trata, pues, de dirigir una mirada prospectiva de cara al mundo que tenemos que vivir en el mañana.
Invitamos, por tanto, a los granadinos, especialmente a los antiguos alumnos de las Escuelas del Ave María, a que asistan a estas conferencias, para que conozcan mejor y amen más la Institución que les abrió los ojos al mundo de la cultura y a la construcción de un mundo mejor.
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