La Caja Rural, con sus ojos puestos siempre en el campo, ha vuelto a reconocer un año más aquellos trabajos que ayudan a desarrollar el sector agrario contribuyendo a la mejora del medio ambiente. Anoche, en la sede de la entidad bancaria en la calle Don Bosco, se dio un nuevo impulso a los estudios que trabajan en este campo de desarrollo sostenible de la agricultura con la concesión de tres premios de investigación científica a los proyectos más destacados en Granada de este sector.
El presidente de la Fundación Caja Rural, Antonio León, estuvo acompañado en el acto de entrega de galardones de los delegados de las dos consejerías que colaboran en esta iniciativa: el de Medio Ambiente, Javier Aragón, y el de Agricultura, Andrés Ruiz.
En esta segunda edición han resultado premiados dos proyectos presentados por investigadores de la Universidad de Granada y una de la Estación Experimental del Zaidín (CSIC), que recibirán una dotación económica de 3.000 euros cada uno.
En concreto, ha sido reconocida la labor de Montserrat Zamorano, Ángel Ramos y Ángela García Maraver, del Área de Tecnologías del Medio Ambiente de la UGR que han desarrollado un proyecto para el uso de la biomasa residual agrícola como recurso para la producción de energías renovables. El jurado -compuesto por miembros del Consejo Social de la Universidad, de la delegación de Medio Ambiente, de la de Agricultura y de Caja Rural- ha elegido este proyecto porque esta iniciativa «aporta soluciones que además permiten el desarrollo de una industria estratégica desde el punto de vista de la seguridad energética y el desarrollo sostenible de nuestra comunidad».
Otro de los premios ha sido para Francisco Osorio y Manuel Poyatos, del Departamento de Ingeniería Civil de la UGR, que han desarrollado un sistema para el aprovechamiento de lodos de depuradora para la recuperación de terrenos degradados. Entre otras muchas aplicaciones, el jurado ha elegido esta investigación porque permite incluso «minimizar los impactos ambientales en la construcción de carreteras».
El último premio es para el proyecto presentado por Inmaculada Sampedro e Inmaculada García Romera, de la Estación Experimental del Zaidín, perteneciente al CSIC. Sus estudios se centran en el tratamiento del alpeorujo, un residuo tóxico para las plantas, para convertirlo en un fertilizante orgánico, lo que permite incluso paliar los problemas de acumulación de esa cantidad de desechos.
Los galardonados recibieron los premios de manos del presidente de Caja Rural, Antonio León, que estuvo acompañado en el acto por el alcalde de Granada, José Torres Hurtado, y los delegados de Medio Ambiente y Agricultura.
Antonio León destacó que con estos premios la Caja y su Fundación no pretenden subirse al carro de la moda para crear buena imagen, sino que estos premios son el reflejo de una actitud de empresa, de un forma de ser y una forma de trabajar. Felicitó a las empresas e instituciones que «como Universidad y el CSIC fomentan la investigación para prevenir y minimizar el impacto ambiental de nuestra actividad diaria y contribuir a regenerar la naturaleza».
El alcalde de Granada se remontó a su etapa de consejero de la entidad en el año 1988 y recordó que la Caja, desde sus orígenes, ha trabajado fomentando la experimentación agraria para la mejor utilización de los productos derivados de la agricultura.
Además, en la gala, presentada por la periodista Encarna Ximénez, también acudieron el vicepresidente cuarto de la Diputación, José Entrena, la diputada de Asistencia a Municipios, Francisca González, o el concejal de Mantenimiento del Ayuntamiento de Granada, Vicente Aguilera.