– Pie para una foto
VIERNES, 30 de mayo de 2008. Diez de la mañana. Llego a la cafetería donde me sirven cotidianamente el desayuno. Me acomodo en la terraza, al abrigo del viento, fresco y racheado, que nos viene castigando últimamente. Pido lo de siempre. Y empiezo a hojear la prensa del día. El periódico IDEAL aparece con una insólita foto, en su portada, donde figuran el rector de la Universidad de Granada, Francisco González Lodeiro, afrontando, impertérrito, con solemne gallardía y dignidad, la fogosa amenaza de un estudiante que le increpa. Frente a frente, brazo en alto, dispuesto a sacudirle un tortazo, lo más contundente posible, a tan alta como respetable autoridad académica. Se supone, por la gesticulación del fulano, que al mismo tiempo le dedicaría algún tipo de improperio, de grueso calibre, a tenor de las circunstancias. Por el pie de la foto me entero de que si bien lo del señor rector se quedó en una amenaza gestual, lo del señor decano de Ciencias del Trabajo, Antonio Delgado Padial, sí que pasó a mayores, resultando agredido por la muchachada universitaria. O sea, que la cosa iba en serio.
El periódico IDEAL, como pie de tan rara como ignominiosa foto, titulaba el estrafalario documento gráfico con la siguiente consideración: Estudiantes que levantan la mano al rector. Suficientemente expresivo pero que sugiere mucho más de lo que manifiesta. Yo no entro en el fondo del asunto que pueda motivar, pero no justificar, esta repugnante zaragata entre una parte, más o menos numerosa, del alumnado y el rectorado, pero en cualquier caso me parece inverosímil, por no decir increíble e intolerable, que a estas alturas de nuestra convivencia democrática, sometidos todos los ciudadanos al imperio de un Estado de Derecho, con plenas garantías jurídicas, se pueda organizar nada menos que en la Universidad, residencia del alma mater nacional, una gresca tan de tipo tabernario como la que se refleja en la foto publicada por IDEAL.
EA. Ya están recogiendo la cosecha. Se empieza por perderle el respeto a los maestros, se continúa increpándoles y amenazándoles por parte de los alumnos, papás y abuelitos, se les permite (a los nenes) aprobar sin estudiar ni asistir a clase, pasar de curso con todos los suspensos posibles, tomarse a pitorreo todo lo que suponga disciplina, esfuerzo, emulación y consideraciones a la autoridad del profesorado, si hace falta se les pone (a los nenes) una paguita por estudiar algo, y, si es menester, un suplemento por no desertar de las aulas. Lo que haga falta. Gloria bendita para los nenes. Lo que ellos quieran. Lo que ellos pidan. No vayamos a perturbar su estabilidad psicológica, su derecho inalienable a la felicidad a través de la holganza. Criaturitas mías. Y ahí tenemos el resultado. El Excelentísimo e Ilustrísimo Señor Rector Magnífico de la afamada y secular Universidad de Granada, amenazado por un elemento que pretende imponer sus razones, si las tiene, vociferando y a guantazos, en vez de plantearlas a través del diálogo, el debate, la dialéctica, tal y como se supone que sucede en los países civilizados. (Por cierto, he aquí un interesante tema para incluirlo en el repertorio de los asuntos a tratar por los señores que propugnan lo de la Alianza de Civilizaciones. Que me aten esa mosca por el rabo.)
Pero sigamos con la dichosa foto, y anotemos que tras las figuras del impávido rector y del héroe anónimo que le amenaza e increpa, aparece en segundo término, parte izquierda, una aguerrida damisela, vestida de azul, esgrimiendo una cruz en cuyo palo horizontal se puede leer, en grandes letras rojas, la palabra futuro. ¿A qué futuro se refiere nuestra gentil guerrillera? Pues ya lo estamos viendo. A un futuro en el que sea posible largarle un par de hostias al rector de la Universidad, y que no pase nada, cuando no prosperen unas negociaciones, o se levante aquel día la muchachada con ganas de armar el zipizape. Eso en el caso de que las endiñadas al señor decano de Ciencias del Trabajo no fueran suficientes. Recordemos la famosa dialéctica de los puños y las pistolas, que proponían los falangistas, aliados del Caudillo, para resolver los problemas políticos y sociales.
YO no sé si las incompetentes autoridades competentes actuales, y me refiero muy especialmente a las gubernativas, son conscientes de lo que se les viene encima, si continúan por esa mismo derrotero de la permisividad a ultranza, absoluta y sin contrapartidas, tanto respecto de la infancia como de la juventud, que solamente se movilizan para exigir sus derechos, a veces descabellados, pero que jamás se molestan cumpliendo sus deberes, si es que tienen alguno, ante la indiferencia y el pasotismo de unos y otras. Y lo peor de todo es que para aquellos que se autoproclaman progres, más o menos posmodernos, los que dicen gobernar desde la izquierda, pero menos, cualquier apelación, por moderada que sea, al necesario mantenimiento del orden público, o del riguroso cumplimiento de las leyes, o de la prevalencia de los intereses generales por encima de los sectoriales o gremiales, siempre les suena a represión. Y además franquista. Pides que se persiga la delincuencia y que se actúe con mano dura, que se juzgue y se castigue sin contemplaciones ni paños calientes, (dura lex, sed lex), oiga usted, y te llaman fascista, racista, xenófobo, y otras lindezas, los muy sinvergüenzas. ¿Qué quieren?
PLANTEARSE la convivencia pacífica, y en prosperidad, de la ciudadanía en términos civilizados, empezando por la escuela y acabando por la Universidad, debe ser el eje principal sobre el que gire la vida cotidiana de una nación. Y para lograrlo hay que aplicar todos los poderes legítimos, así como el sistema de contrapartidas compensatorias, de que dispone un Estado de Derecho. No faltará el izquierdoso de solapilla, el progre mansueto, que considere este planteamiento como una apelación al estado policiaco, sistemáticamente represivo y vulnerador de los derechos humanos. Son los que no ven, o no quieren ver, lo que está ocurriendo delante de sus propias narices. Principalmente por lo que respecta a la educación y la cultura, cada día más degradadas y exentas de valores éticos. Ya está bien de frases publicitarias. De almibarados eufemismos. De ingeniosas paridas para captar titulares de prensa. Perdidos el principio de autoridad, la escala de valores, la ética pública y la moral privada, el más poderoso país se viene abajo, se desarticula socialmente y tiende al caos. La foto que aparecía el viernes pasado en la primera página de IDEAL, además de una vergüenza para todos, es el aviso, otro más, de que ya se ha tocado fondo, por lo que se refiere al desastre de la Educación y la Cultura en este dichoso país donde la crisis se llama Manolo. Y el único responsable de cualesquier estropicio siempre será el maestro armero que en paz descanse. Por cierto, y acabamos, ¿qué pie le pondría a la foto de IDEAL la señora consejera, actual o anterior, de Educación de la Junta de Andalucía? Suma y sigue. Toma buen rollito, colega.