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Pasos siempre dobles

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Pasos siempre dobles
Carlos y Nieves, una pareja de veinteañeros granadinos, se consagran día a día como el mejor dúo de baile deportivo de Andalucía
TEXTO Y FOTO:/JORGE PÉREZ / GRANADA

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La mayoría de bailarines son de Granada
QUIERES bailar conmigo?», le dijo él. Y ella contestó «sí». Ya han pasado cinco años desde que Carlos y Nieves se conocieron. Un día de septiembre en un curso de baile de salón organizado por la Universidad de Granada. Desde ese momento, son inseparables. Uno no da un paso sin el otro. Y pasos, siempre elegantes y a buen ritmo. Por algo día a día se consolidan como la mejor pareja de baile deportivo latino de Andalucía. No hay meneo de cadera mejor que el suyo. Sin esperarlo, encontraron en el baile latino su leitmotiv.

Él se apuntó a esas clases buscando una aliciente para las largas tardes invernales de Granada. Ella, porque le gustaba el baile pero eso de mover los pompones -era animadora del cebé- no terminaba de llenarle. Desde el primer día, fueron los alumnos más aventajados de la clase. Al poco tiempo, decidieron echar a volar por su cuenta.

Cha cha chá, samba, rock and roll, pasodobles y boleros. Entrenan todos los días durante varias horas. Viajan mensualmente hasta las mejores escuelas de baile deportivo del país (en Madrid y Barcelona) para entrenarse bajo las órdenes de los número uno.

Así, han conseguido que su baile sea un disfrute no sólo para ellos, sino también para sus espectadores. «Antes me daba vergüenza decir que bailaba y que me vieran bailar, pero ahora es lo que más me gusta y me encanta que me miren», comenta Carlos. ¿Por qué lo dice? Es obvio. Se nota a la legua lo mucho que disfruta bailando.

Desde que empieza a enfundarse sus zapatos de baile, hasta que pulsa el botón de stop de su minicadena. Saben que son bichos raros, que su música no es del agrado de la mayoría de los jóvenes de hoy día, pero no les importa. Por eso, porque eso de que dos veinteañeros bailen agarrados no es habitual, les pasan cosas muy curiosas.

«Me llaman un montón»

A Carlos, las parejitas de Granada lo tienen harto. «Me llaman muchísimos novios que quieren aprender a bailar vals para el día de su boda». Y qué mal queda todo aquel que en los guateques veraniegos intenta seducir a Nieves bailando un pasodoble… «¿Se ponen nerviosos y les tiemblan las piernas cuando ven que sé bailar!», cuenta ella.

Lo cierto es que con muchas horas de ensayo han logrado colocarse al nivel de los mejores. Están imparables.

La dos últimas competiciones en las que han participado -Guadalajara y Alcobendas (Madrid)- las han acabado de la misma manera, en lo más alto del pódium. Son campeonatos como los que se ven en las películas. Un gran pabellón con cientos de parejas sobre la pista y un jurado que las va eliminando poco a poco hasta dejar sólo a los campeones en movimiento.
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