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«Para acabar con la pobreza es necesario racionalizar los recursos»

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«Para acabar con la pobreza es necesario racionalizar los recursos»

TEÓRICOS. Los consultores de la ONU Paolo Bifani y Patricia Bifani-Richard. / GONZÁLEZ MOLERO

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PARA acabar con la pobreza es necesario un compromiso de los países desarrollados -en materia de ayudas y subvenciones- y también por parte de los países pobres que tienen que luchar contra la corrupción, disminuir los gastos en armamento y producir un documento de reducción de la pobreza». Esto afirmó ayer Patricia Bifani-Richard, miembro del Consejo Económico Social de la ONU, en una conferencia celebrada ayer en el Parque de las Ciencias. «La idea esencial es el compromiso», resumió la experta en el encuentro organizado por el museo de divulgación científica y la Universidad de Granada.

Ella, en un mano a mano con Paolo Bifani, experto economista y consultor internacional en Desarrollo y Medio Ambiente, habló sobre la importancia del desarrollo sostenible. «Un concepto muy de moda que engloba tanto parámetros sociales, como económicos y medioambientales, pero que entraña muchos problemas a la hora de medir resultados tangibles», apuntó el especialista.

Pobreza al 50% en 2015

Los expertos internacionales se remontaron a los Objetivos de Desarrollo del Milenio de la ONU del año 2000, en el que 189 países se comprometieron a acabar con la mortalidad infantil, el sida, la desigualdad de género y a lograr la educación primaria universal, entre otras cosas. Sueños, en palabras de conferencias e informes, en los que están trabajando. Uno de los ambiciosos objetivos es acabar con el 50% de la pobreza y el hambre mundial antes del 2015, un reto que según Patricia Bifani ya se ha conseguido en algunas partes del mundo, tan sólo seis años después de la firma del acuerdo, por ejemplo, en los países del sureste asiático, como Corea, Tailandia, Malasia, Índia, China o Vietnam. Aunque, lamentablemente, en otras áreas del globo como África o Latinoamérica estos índices han aumentado.

Paolo añadió a este respecto que algunos de los requisitos para alcanzar el desarrollo sostenible, que se siguen a pies juntillas en la zona asiática, son: una buena política en temas de ciencia y tecnología, que apoya una balanza de pago positiva, gracias al aporte de las exportaciones, y una distribución de los ingresos más igualitaria. Según el experto, Vietnam, el país que despuntará por su progresos en el futuro más inmediato, es todo un ejemplo en este aspecto.

Otros puntos necesarios en esta gran tarea son unas tasas de desempleo muy bajas -que en los países asiáticos nunca ha superado el 4%- y una tasa salarial media en continuo aumento. Así anotaron algunos de los ingredientes de la panacea contra la injusticia mundial.

Poniendo como ejemplo a la Unión Europea, el consultor italiano hizo alusión a la necesidad de suprimir las subsidios al sector agrícola, de los que España es uno de los principales beneficiarios, para que la materia prima de los países subdesarrollados pudiera competir en mejores condiciones en el mercado global. «La globalización es uno de los grandes enemigos de la pobreza», añadió el experto.

Ambos consultores de la ONU estuvieron de acuerdo en señalar que el desarrollo de los países más pobres no tiene por qué conllevar un detrimento del bienestar de los países desarrollados. «La solución está en una mejor racionalización de los recursos, en una gestión más eficiente», explicaron. Las regiones ricas del planeta no tendrían que renunciar a su tren de vida, solamente prescindir del derroche de energía y alimentos, que actualmente llevan a cabo y esto no tiene porque significar un agravio al bienestar.

«Una buena gestión es uno de los requisitos -sentenció con seriedad Patricia- aunque el tema de la pobreza es mucho más complicado».
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