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GRANADA
Ordenadores obsoletos impiden a los universitarios disfrutar de la red más potente de toda Europa
Las aplicaciones informáticas de los pecés no se actualizan desde hace once años, lo que imposibilita el acceso a una conexión cien veces mejor La falta de mantenimiento deja teclados, ratones y disqueteras rotas
A. G. PARRA/GRANADA
CIENCIAS DE LA SALUD. El centro tiene una de las aulas de informática más utilizada. / A. G. P.
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Hay que cambiar de mentalidad porque la era de la tiza y la pizarra ha pasado a la historia. No obstante, para algunos profesores es complicado cambiar el chip y para muchos universitarios encontrar ordenadores donde poder trabajar. En la Universidad de Granada -UGR- hay en la actualidad unos 3.000 ordenadores en las aulas de docencia -tanto de libre acceso como para clases-, lo que significa que hay un ordenador para cada 19 alumnos. Si multiplicamos ordenadores por universitarios nos ofrece un saldo poco o nada alentador: cerca de 40.000 universitarios padecen la falta de funcionalidad de ordenadores con programas muy obsoletos. Una ratio que no sitúa nada mal a la UGR a nivel nacional, aunque si se analizan las condiciones de cada uno de los equipos y las prestaciones en algunas facultades hay deficiencias.
Los estudiantes tienen a veces complicado aprovecharse de una red con una velocidad de conexión cien veces mayor que la de cualquier usuario que tenga un ADSL estándar en su casa. En la RedUGR el universitario puede acceder, además, a un amplio abanico de recursos bibliográficos, dispone de correo electrónico, apuntes en los tablones de docencia on-line, consulta de expedientes, tutorías a través de páginas web…
No obstante, uno de los problemas de los servicios informáticos -900 kilómetros de fibra óptica y referente en el desarrollo de algunos programas a nivel nacional- es el estado obsoleto de algunos equipos y programas. De los 3.000 ordenadores que hay en conexión, 865 tienen instalado el vetusto programa Windows 95 (W-95). Eso crea más de un quebradero de cabeza al personal del Servicio de Informática.
En la facultad de Ciencias de la Educación, que es una de las que tiene más problemas, los equipos con W95 están en la sala de acceso libre y «no podemos trabajar con programas actualizados porque el sistema operativo es de hace once años y no es compatible», denuncia Mohammed El Homrani, alumno del centro. Es más, no se pueden utilizar pendrive y el programa SPSS -tratamiento de datos- es el 9.0 cuando ya funciona el 13. A estas vicisitudes se suma el mal estado de los ordenadores. Ayer, por ejemplo, de los 57 que hay en el aula sólo funcionaban 8. En este centro hay matriculados más de 5.580 alumnos y una sola aula de libre acceso. En total hay 185 ordenadores en las aulas de docencia, contando en las que se da clase.
En la facultad de Ciencias del Trabajo, sin embargo, los ordenadores más obsoletos están en las aulas donde se imparte clase. Los profesores no pueden utilizar las últimas versiones de los programas con los que trabajan porque el W95 no lo aguanta. El decano Antonio Delgado explica que los docentes se han quejado y afirma que ya ha planteado el problema al vicerrector de Nuevas Tecnologías «y se ha comprometido a resolverlo».
En la facultad de Ciencias de la Educación, que la media es de un ordenador por cada 30 alumnos, el vicedecano de Infraestructuras avanza que el área de Nuevas Tecnologías de la UGR se ha comprometido ya a cambiar los 57 ordenadores del aula de libre acceso. Aunque quizá no se acaben ahí todas las vicisitudes. El vicedecano apunta la necesidad de que haya más personal para mantener esos equipos.
Y es que el mantenimiento es otro de los caballos de batalla. Se pierden teclados, ratones, desmontan PC… En facultades como Ciencias de la Educación o Ciencias del Trabajo, donde no hay personal para vigilar estas aulas, han optado por la instalación de videocámaras y sistemas automatizados de acceso con fichas identificativas. En Ciencias Políticas y Sociología están resolviendo sus problemas porque se han quejado bastante los alumnos. Según el vicedecano de Prácticas en Empresa, José Luis Paniza, la mitad de los ordenadores de las aulas de docencia tienen el Windows 95, «aunque a nivel docente no tenemos problemas. Utilizamos versiones más antiguas, por ejemplo del SPSS, pero lo básico para la docencia está cubierto».
La más obsoleta
Según los datos del Centro de Servicios de Informática y Redes de Comunicaciones (CSIRC) en una de las facultades donde hay más ordenadores con Windows 95 es en Económicas: 134 de 170. No obstante, el decano, Lázaro Rodríguez, dice que no hay problemas «o por lo menos no se quejan». En este centro, las dificultades están en la falta de espacio. Hay ordenadores en el pasillo y la media es de un ordenador para cada 38 alumnos.
Buen trabajo
Desde el Servicio de Informática de la UGR explican que el crecimiento ha sido desmesurado en los últimos años. Una curiosidad, en el año 2000 la media era de un ordenador por cada 58 alumnos, ahora es de 19. El personal del Servicio de Informática ha diseñado además importantes programas -que han sido referente a nivel nacional- para mantener las aulas de docencia, ha establecido un sistema de gestión remota de dichas aulas, un sistema de notificación instantánea de averías a través de su web…, pero con el crecimiento que ha experimentado la UGR es complicado acudir de inmediato a todos los requerimientos con sólo cuatro técnicos.
El director del CSIRC, Antonio Ruiz Moya, aclara además que el que un aula tenga un Windows 95 no «significa que ésta no sea operativa». Por otra parte, desde 2004 el coste económico del arreglo de los ordenadores rotos los asume la facultad y no el CSIRC. Desde Informática tienen que consultar a los centros si asumen el coste económico para poder actuar.
En lo referente a los programas para las asignaturas, Ruiz Moya aclara que existen unos plazos para que los profesores soliciten que se adapten los equipos para instalar los programas específicos -Arquitectura, Medicina…- que necesitan y el cambio se hace de forma consensuada. «El CSIRC no puede tomar la decisión de manera unilateral porque afecta a la docencia», anota.