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¿Menudos parlanchines!

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¿Menudos parlanchines!
La Semana de la Oralidad rescata la importancia de los juegos de tradición oral en una sesión matinal a la que asistieron ayer decenas de niños

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HAY que inventar más cosas como el escondite», reclamaba Paula (10 años) ayer por la mañana en el parque de Albolote. «Tenían que descubrir más juegos porque los que hay ya están repetidos», continuaba la reivindicativa chiquilla mientras los monitores de la Semana de la Oralidad se empeñaban en que cantase Al pasar por el cuartel o Soy capitán de un barco inglés… «Estos juegos son un poco infantiles para nosotras, pero la comba está bien», sentenciaban Rocío, Ana María y Cristina, compañeras de juego y de generación de Paula, la pedigüeña. «Es que… lo de Reloj, reloj ya nos aburre», proseguían con las quejas. «¿Y a qué os gusta jugar?». «¿Al fútbol, al baloncesto, a polis y a cacos, a correr…! Todo eso que hacemos en el colegio», dejaron claro.

Paula y sus amigas eran de las personas con más años que acudieron ayer a los juegos de tradición oral que se celebraron en el seno se la V Semana de la Oralidad, organizada por la mancomunidad de municipios de Juncaril. Quizá por ser de edad más avanzada, ellas no se dejaron engatusar por las canciones y retahílas, y prefirieron concentrarse en brincar a la comba. Pero fueron las únicas, porque el resto de chiquillos se metió de lleno en todas las actividades: saltar al elástico recitando letrillas; hacer corros de palmas y cantar refranes populares…. Un sinfín de tareas que benefician muchísimo la psicomotricidad de los niños y sus habilidades sociales e individuales. «El trabajo que tienen que realizar de memoria no es cualquier cosa, hay un juego de palmas que tiene una retahíla larguísima», explicaba Carmen Trigueros, profesora de la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad de Granada.

Y ciertamente es memorial aprenderse en un momento letras del tipo: Lata latero la hija del chocolatero, al pin y al pon la hija del Conde Simón y A la zapatilla por detrás tris-tras. Mirad para arriba que caen morcillas, mirad para abajo que caen escarabajos. A dormir a dormir que los reyes van a venir». Ahí queda eso. Al pasar la barca puede ser tan universal como la Play Station. Es cuestión de empeño.

Recordar 200 romances

Las actividades continuarán desde el martes hasta el domingo con decenas de actos en colegios, teatros, parques y hasta en la radio. Pero la narración oral no sólo es cosa de niños. A la gala certamen de narración oral que se celebra el viernes acudirán personas muy mayores de distintos pueblos de Granada que van a cantar básicamente «lo que ellos recuerdan: romances, canciones populares, cuentos, leyendas…», explicó Águeda, directora del ciclo. «Vendrá un cura de ochenta y cinco años con su hermana de setenta y seis y otra de setenta y tantos. Toda la vida se han juntado a contar cosas y el cura recuerda casi doscientos relatos», apostilló Águeda.

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