Mario Vargas Llosa, Doctor Honoris Causa por la Universidad de Granada
El escritor peruano Mario Vargas Llosa ha criticado la actual «socavación» de la idea tradicional de cultura, ligada a una «corrección política» que en su opinión ha convencido a la sociedad de que «es arrogante, dogmático, colonialista y hasta racista hablar de culturas superiores e inferiores».
El autor ha pronunciado estas palabras en su investidura como Doctor Honoris Causa por la Universidad de Granada (UGR), institución académica que ha querido premiar así sus méritos literarios y las intensas relaciones de colaboración que ha mantenido con este centro -alrededor de su obra literaria han surgido en la UGR más de veinte tesis doctorales-.
Vargas Llosa ha aprovechado su discurso para analizar el concepto de cultura a través de la historia y en la sociedad contemporánea, en la que ha lamentado que «han ido desapareciendo del vocabulario, ahuyentados por el miedo a incurrir en la incorrección política, los límites que mantenían separadas a la cultura de la incultura, a los seres cultos de los incultos».
El autor de «La fiesta del chivo» ha explicado en este sentido cómo los sociólogos «han incorporado a la idea de cultura, como parte integral de ella, a la incultura, disfrazada con el nombre de cultura popular».
«Una cosa es creer que todas las culturas merecen consideración (…) y otra muy distinta creer que todas ellas, por el mero hecho de existir, se equivalen», ha indicado el peruano, que cuenta desde 1993 con la nacionalidad española.
El nuevo Doctor Honoris Causa de la UGR ha matizado que aunque «nunca en la historia» ha habido un cúmulo tan grande de descubrimientos científicos, un porcentaje de analfabetos más bajo o tantos libros en circulación, «este es un asunto cuantitativo y la cultura no tiene mucho que ver con la cantidad, sólo con la cualidad».
El resultado de esta situación es que «no hay modo alguno de discernir con un mínimo de objetividad qué es bello en el arte y qué no lo es», ha añadido el escritor, quien ha abogado por una «élite» conformada por «el esfuerzo y el talento» con «autoridad moral» para establecer, «de manera flexible y renovable, un orden de prelación e importancia de valores» en las artes y en las ciencias.
En un tono pesimista, Vargas Llosa ha finalizado su discurso con una crítica hacia la sociedad, que ha hecho a su juicio de la cultura «uno de esos vistosos pero frágiles castillos construidos sobre la arena que se deshacen al primer golpe de viento».
Con la condecoración de hoy, el autor ha sido ya investido Doctor Honoris Causa por 37 universidades de todo el mundo, como las de Harvard y Boston, en Estados Unidos o la francesa de La Sorbona.
El catedrático de Medicina de la UGR Blas Gil ha ejercido de padrino de Vargas Llosa en el acto de hoy, en el que ha resaltado que el «enorme y prolongado» éxito del escritor radica «en el orden riguroso y simétrico» de la trama de sus obras, que disponen «de un principio y un final que el lector percibe como algo acabado y redondo».
Gil ha opuesto la narrativa del peruano a otros relatos «indeterminados, a medio hacer, heterodoxos y en ocasiones incomprensibles y pesadísimos».
Por otra parte, la UGR también ha otorgado el citado reconocimiento académico a Crispian Scully, una figura «esencial e imprescindible en el panorama investigador y docente de la Odontología mundial», según ha destacado la UGR.
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