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Mapa de la prostitución en Granada

Mapa de la prostitución en Granada

Un profesor de la Universidad de Granada ha realizado una extensa radiografía sobre la situación de las meretrices en la capital

La mayor parte de las mujeres vinculadas a la prostitución en España entran en ella por dinero, lo que supone «una verdadera droga» que evita que salgan de este mundo hasta superar los 40 años de edad, según se desprende un estudio elaborado por un profesor de la Universidad de Granada que ha creado el primer mapa de la geografía de la prostitución en la capital.
Este documento ha sido realizado por el profesor Francisco Jiménez Bautista, del Instituto de la Paz y los Conflictos de la Universidad de Granada , y estará recogido en libro \’El mundo de la prostitución en la ciudad de Granada \’, que se publicará próximamente, según informó la institución docente en un comunicado.
En su trabajo, el profesor Jiménez dibuja por primera vez un mapa de la geografía de la prostitución en la ciudad de Granada , donde esta práctica se ejerce en la calle, clubes de alterne que ofrecen a sus clientes el típico servicio de bar, pero cuya base de negocio se sienta claramente sobre la prostitución, así como en casas de citas.
Se trata de viviendas que normalmente son propiedad de ex prostitutas, que las ponen a disposición de otras compañeras de manera ocasional. Las saunas, salones de masajes y casas aisladas son otros de los lugares en los que se ejerce la prostitución dentro de la ciudad.
En relación a la prostitución callejera, el estudio revela que en Granada se ejerce en las zonas periféricas de la zona Norte de la ciudad, en la Carretera de Jaén y cerca del recinto ferial, en el barrio de Almanjáyar, o en la zona central del Paseo del Salón. Normalmente se ejerce por la noche, a partir de las doce de la madrugada.
En la actualidad, «en el Paseo del Salón no quedan prácticamente prostitutas. Sólo algunas noches aisladas se puede ver una o dos meretrices de edad avanzada ofreciendo sus servicios, reducto de lo que fue dicha zona en Granada , con unas 10 ó 15 prostitutas en el año 2006».
La carretera de Jaén está ocupada «casi exclusivamente por rumanas» o alguna mujer de países del Este. Además, hay «muy pocas prostitutas de origen subsahariano» –que suelen ubicarse al final de la acera de la estación de autobuses–, algunos hombres para contactos gays y travestido, en la calle Cacería del Cerro. En el extremo norte del barrio, se pueden encontrar drogadictas, y en especial, mujeres gitanas que hacen la calle.
Las mujeres españolas «no hacen la calle ni trabajan en clubes, al menos en Granada «. En los últimos tiempos, se ha observado una tendencia a agruparse por su cuenta y ejercer su profesión en pisos alquilados por ellas mismas atendiendo allí a los clientes.
En la ciudad de Granada , las zonas donde se han detectado estos inmuebles son en el Barrio de la Magdalena, frente al paseo de la Virgen de las Angustias, «un barrio degradado y con callejuelas», apuntó Jiménez Bautista.
Además, van desapareciendo las últimas casas de citas como en el barrio de San Matías y San Juan de los Reyes, ambas en el centro, mientras que existen otras casas en la periferia de la capital, como en el barrio de la Chana.
Por su parte, la zona de clubes de alterne y saunas se localizan en las calles Recogidas y Pedro Antonio de Alarcón. Jiménez Bautista afirma que, aunque en la mayoría de los casos la prostitución se ejerce de noche, «ese horario se está abriendo», ya comienza a ser habitual ver a meretrices desde las cuatro de la tarde aproximadamente en los clubes, mientras que las chicas de los domicilios particulares suelen trabajar las 24 horas del día.
El investigador de la Universidad de Granada opinó que existe una «doble moral» en la ciudad en relación a la prostitución. Sostuvo su afirmación en que, por ejemplo, «los vecinos de la carretera de Jaén que se han organizado solicitando la desaparición de la prostitución de la zona, son clientes de las chicas que ejercen su trabajo allí, y solicitan habitualmente sus servicios, tal y como ellas mismas me han indicado».
Para materializar esta investigación, su autor ha trabajado durante ocho años realizando entrevistas a prostitutas, camareros de hoteles relacionados con la prostitución, policías, clientes, monjas y trabajadores sociales, lo que le ha permitido llevar a cabo una extensa radiografía de esta profesión.
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