Inicio / Historico

Madres adoptivas amamantan a sus hijos gracias a la lactancia inducida

VIVIR
Madres adoptivas amamantan a sus hijos gracias a la lactancia inducida
La succión del bebé y una correcta disposición anímica de la mujer permiten la posibilidad de la relactancia
LAURA UBAGO/GRANADA

AUTORA. María José Aguilar, con el libro Lactancia materna. /L. UBAGO

ImprimirEnviar

Dar el pecho a un bebé es la acción más bella y más sana que una madre puede realizar con su hijo en sus primeros meses de vida. La leche materna es un alimento perfecto que puede nutrir al pequeño durante las veinticuatro primeras semanas de existencia, sin necesidad de apoyar su alimentación con sustancias artificiales. Los avances científicos que analizan las cualidades de la lactancia materna y que amplían las posibilidades de este proceso a madres que veían imposible amamantar a sus bebés, son cada vez mayores. María José Aguilar, catedrática de Enfermería Infantil en la Universidad de Granada, acaba de recoger en un libro las interesantes investigaciones llevadas a cabo sobre la alimentación del neonato.

La succión del bebé y una correcta disposición anímica de la mujer son capaces de hacer que hijos adoptivos lacten del pecho de sus madres. La relactancia, o lactancia inducida, es el método natural -aunque también puede estar apoyado por fármacos como la metoclopramida- mediante el cual la madre artificial puede nutrir a su hijo de manera natural, ya que la leche se produce gracias a las absorciones del bebé. «Con interés, paciencia y el apoyo cálido de la familia, estas madres pueden producir leche y alimentar a sus pequeños», indica María José Aguilar, que es enfermera vinculada al Hospital Clínico San Cecilio.

Esterilización

La esterilización -narra esta investigadora- es la que permite que las madres portadoras del virus del sida puedan dar de mamar a sus hijos. Para ello, se procede a la extracción de la leche, que se higieniza y se suministra al bebé. «Las cualidades de la leche materna son tantas que hay mujeres que aún teniendo problemas tienen un gran interés por amamantar a sus hijos», cuenta Aguilar. Las madres adolescentes, explica, son las que suelen rechazar más la lactancia al querer liberarse del recién nacido: «Nosotras desde aquí insistimos mucho en que nutran y tengan contacto físico con sus bebés».

Las empresas farmacéuticas que se dedican a elaborar preparados alimenticios para neonatos, entorpecen a veces las investigaciones de científicos que apoyan la leche que procede de los senos maternos frente a cualquier papilla. «Hasta los seis meses el niño puede nutrirse del pecho de su madre y tener así su alimentación perfectamente cubierta», indica Aguilar, autora del libro Lactancia Materna. En uno de sus 44 capítulos, esta enfermera relata cómo unos laboratorios elaboraron unos patrones de crecimiento exagerados y basados en la alimentación artificial. Científicos comprobaron que los bebés amamantados no podían medirse con tal sistema -todos quedaban por debajo del límite normal marcado- ya que era un intento de desprestigiar la leche natural por parte de la industria farmacéutica. «El alimento materno es tan sano que hace que un niño de Uganda y otro de Alemania crezcan de igual manera. De hecho, el método madre canguro que consiste en amamantar al bebé y mantenerlo piel con piel con la madre, puede suplantar a las incubadoras».

La superación de la depresión postparto de las madres, la prevención de la muerte súbita y la eliminación de alergias en los neonatos son algunas de las cualidades que aporta la lactancia, que no presenta ningún inconveniente y que es capaz de crear un vínculo afectivo con el bebé desde el primer día que pisa el mundo, que cuentan, es traumático para ellos.
Descargar