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«Los universitarios llegan cada vez peor, no tienen calidad»

ANDRÉS OLLERO CATEDRÁTICO DE FILOSOFÍA DEL DERECHO DE LA UNIVERSIDAD REY JUAN CARLOS
«Los universitarios llegan cada vez peor, no tienen calidad»
«El caso de Inmaculada Echeverría no tiene nada que ver con la eutanasia» «Hay personas poco respetuosas con la dignidad humana»
ANDREA G. PARRA/GRANADA
«Los universitarios llegan cada vez peor, no tienen calidad»
Andrés Ollero, ex diputado del PP y catedrático en Madrid. /R. L. P.
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Andrés Ollero, diputado del Partido Popular durante 18 años y catedrático de Filosofía del Derecho en la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid -antes estuvo en la UGR-, acaba de publicar Bioderecho. Entre la vida y la muerte (Editorial Aranzadi-Thomson Company). Es un buen conocedor de los temas universitarios y ahora un político de base preocupado por lo que acontece a nivel nacional y granadino. Ante los nuevos retos de las universidades se muestra bastante escéptico en tema de alumnos, selección de profesorado, gestión de la investigación y la de financiación. «Los alumnos llegan cada vez peor». Como buen catedrático de Derecho ha seguido el caso de Inmaculada Echeverría -la mujer que ha pedido morir- y dice que se están confundiendo las cosas. «ES un tema de consentimiento informado. A nadie se le puede obligar a tener un respirador puesto».

-Después de dejar la política dedica su tiempo a la Universidad, una institución que está inmersa en un proceso profundo de reformas ¿Qué piensa sobre el proceso de adaptación al Espacio Europeo de Educación Superior?

-Creo que esas reformas estructurales tienen su importancia. Lo que se pretende más que nada, es el máximo de convalidación en el ámbito europeo, lo cual parece razonable, pero luego a la hora de la verdad lo decisivo en una Universidad es fundamentalmente la calidad de los profesores y la calidad de los estudiantes. El resto de la reforma puede ser útil para que el que tenga el título aquí se pueda ir allí y cosas de ese estilo, que indudablemente tienen su importancia más que nada de cara al encaje en el mercado laboral y en las salidas profesionales. Pero a la hora de la verdad, el profesor es el mismo y acaba dando la misma clase. Y el alumno es el que llega y ese es el problema. Entonces, tendremos mejor Universidad si el alumno llega mejor y si los profesores son de calidad. Si el alumno llega cada vez peor como está ocurriendo y los profesores se seleccionan de una manera que no hay exigencia de calidad, pues indudablemente ya podemos entrar en Bolonia o en Cracovia donde queramos, eso es lo de menos.

– ¿Cuál es la calidad del alumnado en la actualidad?

-Es preocupante. Yo sigo un sistema de evaluación continua por el que me hacen un folio donde van contestando algunas cuestiones para comprobar si han entendido lo explicado y hay alumnos que en un folio tienen seis falta de ortografía, de utilizar el verbo haber sin h. A partir de eso lo que queramos. Y no digamos nada de terminología. Mi asignatura es Teoría del Derecho y la terminología de la Historia de la Filosofía es absolutamente desconocida para el alumnado. A la hora de la verdad un objetivo universitario máximo es que un estudiante debe saber leer, escribir y hablar. Cualquiera que lo oiga puede pensar que esto debe ser para la Primaria, pues ya quisiera yo que mis alumnos supieran leer de verdad y hablar también.

-¿Y la del profesorado?

-En ese aspecto me hace gracia que se siga discutiendo por la famosa endogamia, pero el proyecto que hay ahora es muchísimo más preocupante. Ya no se trata sólo de que haya endogamia, que por supuesto, es que pasamos a la clandestinidad. Hasta ahora todos los sistemas que se han ido poniendo en marcha, algunos de ellos como LRU muy negativo, han mantenido la publicidad de la pruebas. Ahora pasamos a la clandestinidad. Unos señores que no se sabe quiénes son y además sin prueba pública decidirán quién es catedrático, quién es titular… Creo que por ahí vamos a llegar al disparate total. Si hay algo que sirve en el ámbito público para evitar desmanes es la publicidad.

– Otro tema controvertido en las universidades es la financiación ¿Hay suficiente?

-Suficiente nunca hay, ni para la Universidad ni para ninguna otra cuestión. Siempre el que haya más financiación vendrá bien. No obstante, me preocupa sobre todo el desfase en investigación, además se produce un fenómeno muy curioso. A la hora de la verdad cuando va aumentando la financiación la Universidad no está profesionalizada lo suficientemente para poder gestionar con eficacia ese dinero. Muchas veces me preocupa más que la falta de financiación, que la hay, lo mal que se gestiona el dinero. Hay mucho suflé, mucho proyecto de investigación donde al final hay que gastarse el dinero. La estructura de nuestra Universidad no está preparada y hay una gran rutina e inercia de los cuerpos de funcionarios, sindicatos… que tiende a que todo sigua igual. Y esto no puede seguir igual. No tiene sentido que un investigador principal con un proyecto serio que no tenga ni un administrativo.

Bioderecho

-Ha publicado otro libro recientemente…

-Sí, es sobre Bioderecho y recoge nueve trabajos. Van desde el estatuto jurídico del embrión hasta la eutanasia. Me he volcado mucho en el aspecto jurídico de la cuestión más que en el moral. Me interesa el aspecto puramente jurídico y por eso me centro en la doctrina del Tribunal Constitucional Español y las diversas sentencias que han ido saliendo desde la del aborto del año 1985 hasta las que surgen cinco años después con motivo de la huelga de hambre de los GRAPO, donde se plantea la existencia o no de un derecho a la muerte, y luego las posteriores de producción asistida, donación de embriones… Hay todo un cuerpo doctrinal del Tribunal Constitucional Español interesante que es el que voy comentando. Por otra parte, he puesto en mi Universidad actual una asignatura optativa de Bioderecho y se han matriculado bastantes alumnos. Es una temática muy actual hoy día.

-Y desde esa perspectiva jurídica ¿qué opinión le merece el caso de Inmaculada Echeverría, la mujer que está en cama desde hace años y ha pedido morir en Granada?

-En este caso creo que se están confundiendo cosas porque el lobby que existe, porque existe, para intentar favorecer la despenalización de la eutanasia con frecuencia juega a una cierta confusión. Por lo que he leído, creo que no tiene nada que ver con la eutanasia lo que se está planteando. Por el momento, es un problema de lo que técnicamente se llama consentimiento informado. A nadie se le puede obligar a tener un respirador artificial puesto. Eso no tiene nada que ver con la eutanasia. Esta señora querrá o no querrá tener el respirador y desde luego si no quiere difícilmente pueden obligarla a que lo tenga. Hoy es lo que la ley recoge y lo que además resulta razonable. No tiene nada que ver defender que alguien tenga el derecho a exigir a otro que lo maten a que alguien tenga el derecho a consentir respecto a los tratamientos que va a recibir para afrontar su enfermedad. Por otra parte no deja de ser significativo el conflicto que se ha planteado entre el abogado y los miembros del lobby. Han dejado en evidencia como hay determinadas personas que se dedican a intentar explotar casos de una manera que me parece poco respetuosa con la dignidad de la persona.

-En el terreno político también está habiendo bastante movimiento a nivel nacional…

-Como decía el del chiste del sermón no soy partidario -en relación a como se están haciendo las cosas desde el Gobierno-, pero a parte de eso que es fácilmente previsible a mí lo que me preocupa es la escasa capacidad de reacción. Ya veremos cuales son los comportamientos electorales, pero me preocupa por ejemplo la enorme abstención, como lo que ocurrió con el estatuto catalán. Esa especie de divorcio entre los ciudadanos y los políticos es lo que más me preocupa porque el principal perjudicado es el ciudadano. El político va a seguir teniendo los mismos números de escaños y concejalías y por tanto no le va a preocupar demasiado.

Los escándalos

-Y de Granada y los escándalos inmobiliario-políticos…

-La verdad es que no sigo al detalle todas las cuestiones, lógicamente mantengo un claro interés y contacto con gente de aquí y vengo con frecuencia. Los escándalos inmobiliarios es un fenómeno de temporada, forma parte desgraciadamente porque debería funcionar de otra manera, de la misma batalla política. Da la sensación que aquí se va recogiendo papeles y cuando se acercan las elecciones es cuando descubre todo el mundo que hay corrupción. Mire usted, así no se combate la corrupción, la corrupción hay que combatirla todos los días. Si lo hacemos cada cuatro años, mal asunto.

-¿Va a volver a la Universidad de Granada?

-No. Fue una decisión muy costosa porque en Granada es donde me encuentro en mi casa y en Madrid sigo siendo un provinciano total y sigue siendo una ciudad a la que no estoy acostumbrado, pero no vuelvo. Me fui de Granada más que nada porque abandonaba la vida política activa al cabo de 18 años y entonces quería estar en un contorno donde pudieran más los planes de futuro que los recuerdos. Entonces los recuerdos ahí están y son entrañables, pero hay que pensar en qué es lo que puede hacer uno y me encuentro más abierto de posibilidades en Madrid. Es bueno cambiar de horizonte y contorno y tener una mentalidad de nueva etapa. Además me está yendo muy bien.

-¿Ya no tiene cargo político?

-Lógicamente sigo siendo militante de base de mi partido en Madrid. Sin esperármelo no sé porque sigo condenado a tener el mejor currículo virtual de este país, me hicieron ministro no sé cuantas veces y ahora me siguen haciendo cosas -ríe-; lo que me hicieron un poco por sorpresa y acepté fue miembro de la junta electoral central.
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