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Los Reyes respaldan con su visita la investigación que se hace en Granada

GRANADA
Los Reyes respaldan con su visita la investigación que se hace en Granada
Don Juan Carlos y Doña Sofía inauguraron el túnel del viento y conocieron los trabajos de alta tecnología que se desarrollan en el Ceama
ANDRÉS CÁRDENAS./GRANADA

Don Juan Carlos rompió el protocolo y saludó a los numerosos granadinos que se acercaron hasta el lugar para estrechar su mano. / GONZÁLEZ MOLERO

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Mucho calor y coscorrón real
Granada está acumulando en estos últimos años los suficientes méritos para hacerse acreedora a una reputación de ciudad en la que recalan los últimos avances científicos. No sólo cuenta con un Parque de las Ciencias que está a las últimas de las novedades y un Campus de Salud en el que se ensayan los métodos más punteros en el mundo de la Ciencia, sino que es elegida por profesionales e investigadores para realizar sus trabajos.

Así las cosas, lo único que nos quedaba era un pionero túnel del viento, instalado en el novísimo edificio del Centro Andaluz de Medio Ambiente (Ceama), en el se pueda reproducir artificialmente los efectos de las corrientes de aire. Por eso los Reyes vinieron ayer a inaugurarlo. Los organizadores sabían de la afición de los monarcas por la navegación a vela (en la que tanto tiene que ver el viento) y sabían que éstos no podían negarse. El Rey adquirió el compromiso de inaugurar las instalaciones durante la constitución de la Real Academia de Ingeniería, en cuyo acto el director del proyecto, Miguel Ángel Losada, le arrancó la promesa.

Puntualidad real

Con puntualidad real, el acto previsto para las seis comenzó cerca las seis y media. En una tarde más veraniega que otoñal, varios centenares de personas esperaban en las calles adyacentes al Ceama. para ver a los Reyes de cerca. Hubo gritos de entusiasmo y hasta vivas a Leticia. En el rostro del monarca se dibujó un atisbo de sorpresa cuando el primero de la fila de autoridades a las que saludaría a su llegada era el ex presidente de Gobierno Leopoldo Calvo Sotelo. «¿Leopoldo! Dame un abrazo», se lo oyó decir a don Juan Carlos cuando se acercó al veterano político. «He venido como miembro de la Academia de Ingenieros y porque estaba interesado en conocer este proyecto», dijo posteriormente a un grupo de periodistas el ex presidente.

Los Reyes posteriormente descubrieron una placa en la que se hablaba de su visita con motivo de la inauguración del túnel del viento. Ya en el interior del edificio, fue el director del Ceama, Pascual Rivas, quién les explicó a los monarcas las característica del centro y la avidez por la investigación de la Universidad de Granada. Les dijo que allí trabajaban grupos muy diversos de investigación y que una de las labores que tenía encomendada era la de buscar investigadores con «buenos currículos, porque ellos nos ayudarán a buscar dinero en Europa». Acompañaban de cerca a los soberanos el consejero de Innovación, Francisco Vallejo, y el presidente de la Junta de Andalucía, Manuel Chaves, que cuando acabó Pascual Rivas dijo en plan sorna: «Yo creí que lo que se inauguraba hoy era el túnel del tiempo». «No estaría mal», contestó don Juan Carlos.

Explicación

Estaba claro que la visita real respondía al propósito de la Corona de apoyar cuantas iniciativas sobre tecnología se emprenden en España. Fue Miguel Ángel Losada, director del proyecto, el que se encargó de dar el único discurso de la tarde. En él dijo que la visita del Rey constituía un estímulo para este grupo de investigadores que comparten con los Reyes de España «un idilio con el mar y el viento». Losada les explicó que allí trabajaban 35 personas, una gran parte mujeres, «porque desde que la mujer se ha incorporado a la investigación, los trabajos se hacen con más rigor y con mayor calidad científica». Al término de su discurso, les regaló a los Reyes unos modestos libros en los que se resume el trabajo que realizan.

Don Juan Carlos y Doña Sofía, recibieron las explicaciones ante el llamado canal de olas. Una investigadora les explicó que gracias a ese canal acristalado -con las mordazas aún puestas por la premura de la inauguración- se puede mostrar la fuerza de las olas sobre diques, escolleras y fondos marinos y, por lo tanto, determinar cuál es la mejor ubicación de un puerto y decidir también la forma de proteger los fondos del mar y de las playas. Para ello, pequeños cubos de hormigón de colores dejan ver el comportamiento cuando las olas de laboratorio empiezan a funcionar.

Los Reyes, que se mostraron en todo momento muy interesados con las explicaciones -don Juan Carlos no paraba de hacer preguntas-, también conocieron un microscopio electrónico capaz de enseñar cómo actúa la cristalización que perjudica a las rocas y piedras de los edificios y mostrar cómo, gracias a presión y temperaturas, se puede impedir dicho proceso y salvarlos. Este sistema ya se ha instalado en la iglesia del Sagrario de la capital granadina.

El túnel

Pero la estrella del centro era el túnel del viento. Fue el diseñador y director de la construcción del mismo, José María Terrés, el encargado de comentar las características del mismo. En definitiva, gracias a este aparato se puede comprobar el efecto del tiempo de hasta 200 kilómetros por hora en edificios, medio ambiente y velas de barcos. Los Reyes recibieron la explicación, por boca de un investigador inglés, de cómo actúa el viento en una tabla de windsurfing. El Rey preguntó si ese túnel serviría para diseñar las velas de los barcos. José María Terrés comentó que el túnel admite estudiar la dispersión de los contaminantes a la atmósfera y como deben ser las telas de algunos veleros para conseguir el máximo rendimiento cuando el viento apenas alcanza los 20 kilómetros a la hora.

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